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Seguimos resucitando rivales, y sin jugar a nada. El Peor River de la Historia le ganó sin despeinarse al Peor Independiente de la Historia, y además se perdonaron la vida mutuamente: ambos erraron un penal cuando los Millonarios podían liquidarlo y los Rojos remontarlo.


Independiente y River venían de ser goleados y maltratados por su gente por el pobrísimo nivel futbolístico mostrado en la temporada. Pero lo que sabíamos los del Rojo es primero el carácter de Frankenstein que tiene para resucitar equipos en desgracia, y segundo el increíble peso que la camiseta de los Millonarios tiene en la historia de la última década.

Contra ninguna de las dos cosas pudieron hacer nada ni Gallego ni los jugadores, y pese a que las declaraciones al salir de vestuarios hablaban de merecimientos, lo cierto es que el Diablo pudo haber sido goleado por un River intrascendente, como también pudo haberse puesto a tiro casi sin proponérselo. Pero claro, estábamos ante los Peores River e Independiente de la Historia, y de ahí no se podían salir.

El primer tiempo ofrecido por el Rojo fue paupérrimo. A los pocos minutos se podía olfatear otra goleada más, ya que el conjunto de Gallego no pasaba la mitad de la cancha, no se podían dar dos pases seguidos y River con dos o tres toque se plantaba enfrente de Assmann. Con algo de Buonanotte, un poco de Falcao, un par de toquecitos de Fabbiani y una pizca de Barrado, los de Gorosito complicaban a una defensa que no hacía pie por los laterales y se cargaba de faltas y amarillas en el mediocampo.

Una media vuelta de Mancuello en el área chica y un cabezazo de Gioda fueron las únicas llegadas de Independiente, antes del cuarto de hora. Luego fue todo de River, que sin embargo dominó sin abrumar (porque no tiene con qué) y le alcanzó para marcar las diferencias. El primer gol fue con un tiro desde afuera del área de Barrado, tras una pérdida de balón por Ríos y un rebote fortuito en Maglio, mientras que el segundo vino gracias a una entrada por el centro del área de Falcao, que de cabeza puso el 2-0 que ya se preveía irremontable.

En el segundo tiempo Gallego movió el equipo. Hizo entrar a Núñez y Godoy por Churín y Machín, intentando darle más presencia arriba y en el medio al Rojo. Algo se mejoró, pero no fue suficiente como para prever un giro en el marcador.

Independiente apretaba un poquito más adelante, un cabezazo de Montenegro, después de varios rebotes, dio en el travesaño, y se le anuló un gol a Pusineri, que entraba por el segundo palo, en una posición fina que sin embargo era offside.

A los 12 minutos Falcao se escapa solo y Assmann lo baja en el área. Penal para River y la oportunidad de definir el juego. Sin embargo el colombiano se resbala al momento de pegarle a la pelota y la manda sobre el travesaño. Cuatro minutos más tarde es Montenegro quien se para en los 12 pasos, producto de una falta previa cometida a Núñez, en el vértice del área y la línea de fondo. El Rolfi, que pudo poner las cosas 1-2 e ilusionarse con ir "a la carga barracas", le pegó bien esquinado abajo pero Vega adivinó su intención y terminó mandando la pelota al corner.

Ahí se terminó el partido, con un River que ya no sabía cómo atacar (aunque tuvo las más claras) y un Independiente que vio que ni de penal podía remontarlo. No hay caso, seguimos viendo más de lo mismo.

Emiliano Penelas

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Anónimo dijo... 24 de mayo de 2009, 9:02 p.m.

Muy buenos sus comentarios. Mucha objetividad en relación a lo que se vio en el campo de juego. Un placer haber compartido con usted esta fiesta, si bien devaluada por este año, fiesta al fin.
Osvaldo Chicken

Agustín dijo... 24 de mayo de 2009, 9:55 p.m.

Independiente ya no es un club respetado, admirado, envidiado y con el que nadie quería enfrentarse. Este equipo tiene la defensa más suicida de la historia, un mediocampo permeable defensivamente y lánguido ofensivamente, y una delantera... bueno, no hay delantera, medias puntas ineficaces o si hay verdaderamente un 9 está solo, como un yanqui en un latifundio patagónico. El técnico quiere demostrar fortaleza, pero es tan grande su inseguridad, que se enreda en su propia telaraña. Y la dirigencia, no solo peca de corrupta sino de inepta, en 5 años de gestión, nunca hubo realmente un plantel competitivo ni tampoco se construyó la cancha, da impotencia tener que pasar esto, ver a primos míos de 6 años, hinchas de Boca, que lo vieron campeón de lo que sea, y yo caer justo en la peor década de la historia del club (viendo solo el campeonato del 2002)... ver a un Independiente racinguizado, porque eso es lo que pasa, está racinguizado, que cualquier equipito con 5 años en primera lo haga pedazos como si nada, y tener la amarga sospecha de que no llegaramos ni a los 40 pts, en la acumulada, y que estrenaremos la cancha contra All Boys. Pero por suerte los problemas de a poco se arreglan. El trabajo de Gallego y los jugadores, sin olvidar a la dirigencia que gesta y es garante, (de la existencia de los dos anteriores) en el club... está dando sus frutos.
No hace mucho, en un principio encontramos, gracias a la irregularidad (un partido bueno, otro pésimo) ante una primera sensación de desconcierto, ahora debido al arduo trabajo del plantel, se logró el tan ansiado objetivo: la regularidad (ahora todos los partidos juegan mal), lo que nos lleva a una segunda sensación de desconcierto.
Lo único seguro es que vamos mal hace tiempo, años... y que en el horizonte, parecen haber muchas tormentas.

La Caldera del Diablo dijo... 25 de mayo de 2009, 1:46 a.m.

Gracias Osvaldo.

Agustín: está todo dicho. Gracias por tu opinión, un abrazo

Emiliano