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El Rojo tiene una flor de papa agujereada en la media, y se siente en cada paso que da, sobre todo cuando sale a jugar al interior del país. ¿Cuál es la realidad de Independiente, el que pierde vergonzosamente de visitante o el que gana clásicos de local?


Hace unos años, no muchos, cuando una victoria valía dos puntos, se decía que un equipo que hacía la "media inglesa" podía coronarse campeón, o al menos pelear el título fuertemente. El sistema, surgido quizás en Inglaterra, especulaba con que si un club ganaba sus encuentros de local y empataba los que jugaba como visitante, estaba siempre a tiro de la punta.

Desde que las victorias cotizan a tres puntos el sistema dejó de ser efectivo, puesto que tres empates es lo mismo que un triunfo y dos derrotas. Así y todo, si al menos Independiente consiguiera mantener esa estadística, estaríamos hablando de un equipo más sólido que este que pierde cada vez que sale de casa.

Lo peor es que el Rojo pasa vergüenza yendo al interior del país, y suma cuatro derrotas consecutivas como visitante. Fue 1-4 ante San Lorenzo, por la anteúltima fecha del Apertura, y luego las tres excursiones en lo que va del Clausura: 0-3 con San Martín, 0-2 con Gimnasia de La Plata y 1-4 con Gimnasia de Jujuy. Demasiado.

Para remontarse a la última victoria de visitante hay que retroceder hasta el 22 de noviembre del año pasado, cuando ganábamos 2 a 1 en Rosario ante Central, con aquel golazo sobre la hora del Toti Ríos.

¿Qué le pasa a este Independiente? La triste respuesta es quizás la que intuimos todos: el verdadero Independiente es tal vez el que sale a jugar desprotegido, sin una idea de juego, sin creación, con fallas en defensa y sin hombres de peso en el ataque.

¿Cuál es el verdadero Independiente? Ese mismo equipo que cuando juega como local, sobre todo en los últimos clásicos (porque si recordamos el paupérrimo empate de la primera fecha ante Vélez no diríamos lo mismo) se potencia sacando fuerzas de donde no tiene, y consiguiendo resultados como ante racing o Boca, en donde circunstancias del juego lo favorecieron (un gol madrugador que le dio confianza frente a "los cosos de al lado" y una expulsión temprana de un jugador junto al bombazo de Montenegro que abrió el partido con los bosteros).

¿Existirá forma de encontrar un punto medio? Si lo supiéramos se lo diríamos a Santoro. Él y todos los jugadores de Independiente apelan a las mismas declaraciones y saben que lo que falta es regularidad. Que en un campeonato irregular como el argentino, el equipo que se mantiene más parejo es el que saca las diferencias.

¿Habrá respuestas convincentes a estas preguntas? ¿Quién puede surcir esto?

Emiliano Penelas

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NoTe dijo... 18 de marzo de 2009, 11:32 p.m.

Muy bueno y coincido en lo que decís. Lo de Santoro es una agonía sin fin..

http://doble-5.blogspot.com

Cumplimos 2 años!

La Caldera del Diablo dijo... 19 de marzo de 2009, 1:31 a.m.

Feliz cumpleaños, pasaremos a saludar
Abrazo

Emiliano