Editorial 74 - Se hace lo que se puede, y lo que no se compra hecho

Independiente volvió a parecerse a su versión más fidedigna de lo que fue en el 2008. Y la solución no aparecerá de manera mágica.

Puertas va al piso

La frase pertenece a las abuelas. No deja de tener su costado de resignación en "lo que se puede", cuando ese "se puede" siempre parece ser menos de lo que se debería, o al menos de lo que fuera necesario. Y acerca de lo que se puede "comprar hecho" evidentemente es también otra ironía, porque muchos sabemos que a veces "lo que no se puede hacer" tampoco puede comprarse.

A Independiente le faltan jugadores, quizás le esté quedando corto el plantel a Santoro, a pesar de contar con 34 profesionales, y quizás sienta que aún no tiene variantes. Sin embargo, al Rojo parece faltarle más que eso, más que refuerzos, más que "nombres de jerarquía".

Lo que se vio ante Boca, aunque prematuro por la pretemporada, fue un calco de los viejos fantasmas del año pasado. Volver a ver un equipo sin alma penar por el medio de la cancha, con las líneas desparejas, sin crear situaciones de ataque, rematando sólo de lejos o dependiendo de lo que Montenegro hiciera, aunque estuviera más de la mitad del partido a 60 metros del arco rival.

¿Se puede comprar eso? Hoy por hoy parece que más allá de que Independiente no puede comprar a nadie porque la situación económica no se lo permite y el mercado está más quieto que nunca, entendemos que la actitud, la presencia en el campo, la agresividad o el hambre de ganar de un equipo no puede comprarse. No hay donde conseguirlo, y sino que se lo digan a Pepé y le manden una gruesa.

Ojalá nos estemos equivocando de cabo a rabo y estos jugadores nos demuestren lo contrario. Ojalá nos tapen la boca y nos recuerden estas líneas cuando tengamos que felicitarlos por el esfuerzo realizado. Ojalá.

Emiliano Penelas