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Sin patear al arco ni levantar las piernas, Independiente cayó 1 a 0 ante Banfield. El Rojo sigue sin ganar en el semestre, afuera de todo, último en su zona y en medio de un clima caliente en el final. Renunció Vaccari.


Contar Independiente vs Banfield es contar 90 minutos de apatía, 90 minutos de un equipo que no supo, no pudo y no quiso ganar un partido que era obligatorio para salir del fondo de la tabla, para volver a creer, para devolverle algo al hincha. Ese hincha que tras los hechos sucedidos el 20 de agosto frente a la U de Chile, tras haber quedado eliminado de la Copa Sudamericana y con una tribuna inhabilidada merecía algo más. 

Pero quedó demostrado que este equipo ya no podía dar más porque la única variable de ataque que tuvo en los 90 minutos fue tirarle pelotazos a la cabeza de los centrales de Banfield, porque los jugadores que puso en cancha Vaccari no respondieron de la manera en que el técnico y la gente esperaba. 

Como corolario, lo que venimos advirtiendo desde el comienzo del semestre: a Independiente le cuesta horrores acertarle al cuadrante del arco. Todos los remates se van muy por arriba del travesaño o muy lejos de los palos pero ninguno va hacia los casi 18 metros cuadrados del arco, y con el correr de los minutos fue enervando los ánimos de la gente que ya venían cargados contra todos. 

Banfield, que pelea el descenso, vino a Avellaneda a esperar, a cederle la pelota al Rojo y a que no le conviertan goles. Una sola situación tuvo en el primer tiempo, un centro a la cabeza de Martín Ríos, y fue el único gol del partido. Desde ese momento Independiente fue una sombra en la cancha. Todo fue cuesta abajo y todo podría haber sido aún peor porque en las jugadas que se desperdiciaban frente al arco se habilita ban de espacios para la contra de un Taladro que tampoco tiene nada para lastimar. 

En medio de una tarde que ya empezaba a ser noche oscura lo único que se salvaba era un poco del amor propio de Marcone y el empuje de Montiel. Con el resultado puesto llegó la bronca y el enojo de la gente, y finalmente llegó lo obvio: la renuncia del técnico Julio Vaccari.  

Emiliano Penelas 

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