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Quique Larrousse y una nueva entrega de su columna "Jugar sin la pelota", dedicada a esos clubes del interior profundo de nuestro país que rinde homenaje a Independiente. 

Los clubes grandes oyeron alguna vez la voz social, ávida de reconocimiento y tan meritoria de ser atendida e incluída. Ese tuteo social, a veces futbolistico, le valió a Independiente ser reconocido en las regiones del país como la entidad que hizo un culto a la amistad. Invitado a partidos amistosos en las provincias, a las cenas aniversario de clubes homónimos, como Independiente de Gral. Pico, el de Mar del Plata, el de San Fernando del Valle de Catamarca. 

Sí: parte de ésto son clubes del país bautizados en homenaje al Rey de Copas. Varios de ellos y otras humildes entidades, alguna vez recibieron al plantel mayor. Esas y otras acciones federales de las mejores directivas de antaño, amigaron al Rojo en esa gigantesca tierra madre, la patria, cosechando toda su recíprocidad. Sueños cumplidos por la visita, tal vez la única, de un grande, en la historia de esa región. 


Cuando "el santo" sanjuanino logró su ascenso a Primera, mi amigo César Fernández Herrera dijo con gran alegría: "Por fin veré al Rojo en San Juan". La Roja fraternidad impulsada por Independiente tuvo gestos diversos. Todos le devolvieron amistad. Nacieron nuevos hinchas que se multiplicaron en el país profundo. Ejemplo, la presencia de ex figuras del Rojo en las localidades provinciales a cientos o más de mil kilómetros de Avellaneda. Recibidos con admiración, dejaron gratos recuerdos en seguidores que nunca los vieron jugar. Independiente tuvo presente esa ilusión de miles de adeptos y viajó acudiendo de una u otra forma a su encuentro.


En la memoria de los viejos residentes del territorio nacional permanece intacto el día en que el plantel Rojo fue de visita. Ricardo Pavoni, Miguel Ángel Santoro, Ricardo Bochini, Daniel Bertoni, hasta no hace tanto Mario Rodriguez, Roberto Ferreiro, Miguel Ángel López, Néstor Clausen, Raúl Bernao, Hugo Saggioratto, Luis Mura y muchos de los gladiadores de todas las épocas eran asiduos visitantes a las Peñas Rojas de las provincias. Lo siguen haciendo. Y en los temas urgentes, Independiente está. En Bahía Blanca, articulando con la Peña Roja de esa ciudad que cayó en desgracia. Varias Peñas mantienen a los comedores comunitarios o proveen ropa deportiva a clubes infantiles, o llevan útiles a centros educativos. Siendo un club de fútbol con actividad social, el Rojo fué un referente entre los grandes. Su escuela es ejemplo.


Me consta que la actividad peñera, propicia la llegada del Club de Avellaneda al cuerpo social de la nación. Apéndices de origen genuino y leal con la identidad. Y si en la vida social se hubiese cultivado más el principio del compromiso, el club tendría una muy fortalecida vocación de trabajar por el deporte y la comunidad.   


Machigasta es un pueblo de Aimogasta, el departamento riojano nombrado en la zamba "Coplas del Valle" del inolvidable compositor Ramón Navarro. Allí desde los tiempos de su tiempo, Independiente es un símbolo de los niños. Verónica Ávila es machigasteña. Junto a todos sus vecinos fundaron Deportivo Independiente, creado por ser hinchas Rojos. Compite en todas las categorías de niños a veteranos.  

La casaca Roja se distingue en el color de la tierra y es ineludible muestra del amor al club madre. Gente de trabajo, amor, familia y sentir pueblerino. Todo a pulmón para los pibes y el pueblo todo. Como dijo un amigo: "en el Independiente de Veronica, sin cancha, sin pasto, todo el pueblo ayuda para hacer tribunas y alambrados. Todos son de independiente allí, sin ayuda de nadie. Allí no se quejan si pica mal o si no hay pasto. Juegan y salen campeones." Los mismos vecinos hacen la cancha. Sin cuota social para que nadie gaste. Los que saben de construcción, hicieron bancos de suplentes. Cada vecino aporta o hace algo Atuel, joven profe e hijo de Verónica, forma a los niños en el juego de equipo. Alegría, humildad, amor fraterno. Pertenencia a la divisa roja. La providencia siempre suma.  

Ahora necesitan dos redes para los arcos. Extiendo el pedido al país. Verónica ama a Independiente como todos. Y todo lo hace por el Rojo, dice. Comulgamos en la obra social y deportiva de ella y sus vecinos en Machigasta. En aquella querida e histórica tierra riojana que alguna vez nos mandó a un campeón del mundo: Gerardo "La Vieja" Reinoso. 


Eso es Independiente: diversidad infinita de un universo, un país, un pueblo. La elección de un color que es cultura e historia y que es mucho más que lo que se digita en la Av. Mitre 470 de Avellaneda. 

Machigasta y su gente y todos los Diablos Rojos que andan por el mundo, no son menos que quien no faltó ni un partido de local en los últimos 20 años. Tal vez aporten mucho más que una cuota y no nos enteramos. Hay mucho por hacer, Independiente... Mucho por hacer. 

Quique Larrousse 

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