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Con goles de Ávalos y Loyola, Independiente derrotó por 2 a 1 a Atlético Tucumán y aseguró su ingreso a la Copa Sudamericana, aunque aún mantiene una luz de esperanza para ingresar a la Libertadores. 

Fue una noche de festejos, alegrías, homenajes y recuerdos. Todo se juntó este lunes en el Libertadores de América Ricardo Enrique Bochini, que comenzó con un apoyo masivo a Rodrigo Rey en su lucha familiar, y en el entretiempo tuvo el justo reconocimiento a los Campeones Intercontinentales de 1984, a 40 años de aquella victoria ante el Liverpool en Japón, y el recuerdo de Dante Mírcoli, fallecido recientemente

En el medio, un partido que comenzó abierto para ambos equipos pero que se destrabaría pronto para el Rojo cuando un agarrón a Millán qué Espinoza, VAR mediante, consideró penal. Aunque estaba Montiel en cancha el responsable de pararlo fue Ávalos, y esta vez entró, aunque el arquero Drusso llegó a rozarla. 

Dos minutos más tarde Estigarribia fue con un codazo violento sobre Lomónaco, que quedó knock out y debió ser asistido. Roja directa para el hombre del Decano, que dejaba a su equipo perdiendo y con uno menos cuando apenas había pasado un cuarto de hora. Santiago Hidalgo, de gran partido, y el propio Lomónaco con su cabeza vendada, se encargaron de convertir a Drusso en figura.

Los de Vaccari merecían más, y en el segundo tiempo hubo un momento de bajón qué posibilitó la igualdad de los tucumanos. Algunos murmullos hicieron pensar en una historia conocida, porque más allá de que el punto alcanzaba para confirmar la Sudamericana, la victoria aún lo dejaría con vida y esperanzas de Libertadores. Y de pronto un gran centro de Mancuello para Hidalgo, que la bajó para la aparición de Loyola y el grito de desahogo que volvió a llevar la alegría a las tribunas y el campo de juego. 

Emiliano Penelas

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