Independiente dependía de sí mismo para meterse en los cuartos de final de la Copa de la Liga. Ganaba 2 a 0 jugando un gran primer tiempo ,y quedaba con un hombre más, pero Talleres se lo empató en una ráfaga y pudo haberlo ganado.
Cerrando la fase inicial de la Copa de la Liga, Independiente llegaba a la última fecha con la necesidad de ganar para meterse en los cuartos de final. El lunes lluvioso en el Libertadores de América Ricardo Enrique Bochini tubo dos caras, dos momentos bien definidos y dos estados de ánimo contrastables en el equipo y los hinchas.
El primer tiempo del Rojo fue muy bueno, quizás de lo mejor que hizo en el semestre, a la altura del que vimos ante River. Presionaba arriba, molestaba la salida, ganaba las divididas y mostraba ambición, pese a que seguía faltándole precisión para definir. Hasta que a la media hora llegó un centro de Saltita González desde la derecha y apareció Spörle por el segundo palo para meter el cabezazo al gol. El partido se fue caldeando y en tiempo de descuento, VAR mediante, Ramírez sancionó penal, expulsó a un hombre de la T, y Canelo puso el 2-0 para irse al vestuario tranquilos.
En el segundo tiempo Talleres necesitaba salir porque perdiendo quedaba afuera, y tampoco le servía el empate porque Vélez estaba ganando. Sin embargo, dos golpes tremendos a los 4 y 6 minutos llevaron al empate del visitante. Demoledor para la fragilidad de Independiente, que jugó un segundo tiempo para el olvido.
Desconcertante, sin ideas tácticas, con confusiones desde el banco y con rendimientos individuales preocupantes. Los cambios también fueron difíciles de entender y Talleres casi lo gana sobre la hora, cuando el VAR anuló lo que hubiera sido el tercero. No hubo caso, se terminó la ilusión y no quedó ni amor propio para sostener el papelón.
EmilianoPenelas
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equipo de mierda rompi el carnet despues de este partido, nunca mas veo a este equipo de mierda todo culpade milei me hago hincha de sacachispas
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