En el último día del carnaval 2024, Independiente sufrió y ganó por la mínima ante Rosario Central en Avellaneda, con gol de Federico Mancuello. El Rojo suplió la falta de fútbol con esfuerzo y entusiasmo, y la gente lo festejó con desahogo.
Tevez aún no encuentra el equipo, a Independiente le falta un patrón de juego, una idea, un conductor y un goleador. Pero al menos esta noche frente a Rosario Central cubrió esas deficiencias con esfuerzo, amor propio y coraje.
El primer tiempo lo jugó muy impreciso. Por momentos acelerado, corriendo de más, chocando contra los rivales y perdiendo muchas pelotas. Por otro, lento y displiscente. Hasta un lateral demoraba un tiempo excepcional.
Los ataques se daban por la izquierda, entre las subidas de Damián Pérez y la voluntad de Alex Luna, que corrió y chocó contra todos. Pero no salía siempre bien y un mal centro de Pérez derivó en un contra rápida de Central. Laso salió a cortar a mitad de cancha y perdió con Cervera, que ante la salida de Rey termina rematando al palo. Iban 26 minutos y comenzaban los rumores en el Libertadores de América Ricardo Enrique Bochini.
Hasta que luego de probar varias veces por la banda izquierda hubo un centro que fue bueno tras la presión de Marcone y tras una serie de rebotes fue Mancuello quien logró vencer a Broun en la puerta del área chica. Alos 32 minutos el volante volvía a marcar en casa y así abría el marcador y traía tranquilidad.
En la segunda mitad salió mejor el Rojo aunque de a poco se fue quedando y el a allá, con casi nada, lo empujaba buscando empatar. Marcone se adueñaba del mediocampo y ponía la pierna cuando había que trabar. Así se llevaba aplausos Fedorco, que completó otra correcta presentación, y Saltita González aportaba algo de fútbol y remate lejano. Mancuello jugó hasta donde le dio el físico, porque el partido no estaba para sutilezas.
Pocas chances para aumentar, y una muy grande para sufrir sobre la hora, cuando Rey sacó abajo con el pie un remate qué tenía destino de red, y tras el rebote, el juez anuló el gol de la visita por un empujón en el área chica. Final, sufrimiento y goce, porque así es el carnaval.
Emiliano Penelas
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