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En un partido de necesitados que deambulan en el fondo de la tabla, Lanús lo ganaba y dejaba expuestas todas las falencias de Independiente. Una jugada sobre el final, y la aparición goleadora de Benegas salvaron un punto para el Rojo.

Lanús, último en la tabla, e Independiente, navegando entre los puestos de fondo, se enfrentaron en La Fortaleza y repartieron puntos que no les sirvieron a ninguno de los dos, salvo para intentar apaciguar aguas y contener enojos. 

El local salió a presionar en tres cuartos de cancha y exponía con el correr de los minutos todas las debilidades en defensa y creación del equipo que ahora dirige Falcioni. Fue Pepe Sand, cuándo no, quien anotó para el rival, y lo poco que podía generar el Rojo se desmoronó. Solo tuvo una chance Independiente, en los pies de Batallini, que mano a mano con el arquero tras un pase de Soñora, definió muy mal sobre el travesaño. 

En la segunda parte Lanús manejó a volubtad hasta pasados los 20 minutos, y hasta pudo aumentar con un remate a la base del palo de Álvarez. Un disparo lejano de Hachen era lo máximo que podían ofrecer los de Falcioni, que se hundían en una imagen nuevamente pálida. 

Hasta que el local le cedió la pelota AL diablo, lo dejó venir y apareció un poquito de empuje y amor propio para que de arremetida, sobre el final del encuentro, lo empatara Benegas a lo goleador. El empate pareció demasiado premio para Independiente y un golpazo para Lanús. Ojalá que a los nuestros le quede el gusto de haberse ido con algo del Sur. 

Emiliano Penelas

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