0

En un partido trabado, Independiente derrotó a Atlético Tucumán por 1 a 0 y avanzó a los octavos de final de la Copa Argentina, donde lo espera Vélez. Juanito Cazares entró y definió el partido para el Rojo, que vistió de negro en Jujuy.

Acompañado por una multitud de hinchas, Independiente consiguió el pase a los octavos de final de la Copa Argentina al superar en un partido ajustado a Atlético Tucumán, dirigido por el ex DT Rojo Lucas Pusineri. 

El equipo de Eduardo Domínguez no hizo un buen partido pero supo defenderse y pelear más de lo que pudo jugar. Pero esta victoria, hilvanada con la conseguida por el torneo local ante Estudiantes, debe fortalecer el ánimo de un plantel corto que no puede ocultar sus falencias. 

La línea de cinco defensores, y un medio pensado más para pelear que para crear, planteaba la idea del técnico desde el vestuario. El Rojo, otra vez vestido de negro, por momentos quedó mal parado en las contras del Decano, pese a contar con superioridad numérica tras la expulsión de Thaller, al comienzo del segundo tiempo.

Recién ahí Domínguez decidió mover los esquemas y hubo un cambio fundamental para ganarlo, con el ingreso de Juanito Cazares y el desarme de la férrea defensa. El ecuatoriano se adueñó de la pelota y llegó a posición de gol para gritar el único de la noche, un par de minutos después de que Sosa se había convertido en héroe tapando un mano a mano increíble. 

El final, con más de cinco minutos extras, fue más sufrimiento, pero también goce al superar la etapa y ver en el horizonte a Vélez, próximo rival en esta Copa siempre esquiva para el Diablo.

Emiliano Penelas

Publicar un comentario