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En un partido intenso que se terminó jugando bajo un diluvio, Independiente y Boca empataron 2 a 2 en Avellaneda. Togni y Soñora los goles del Rojo, que se fue aplaudido por la entrega.


Comenzó mejor Independiente, con actitud y jugando en campo rival. El equipo se paró 433, con Togni, Roa y Batallini arriba, manteniendo presión alta y molestando a Boca en la salida. Veíamos mucha pelea del Saltita González, a Vigo subiendo por la banda derecha y a los tres de adelante rotando las posiciones constantemente. Sin embargo un error en defensa al cuarto de hora, con Lucas Rodríguez yendo sobre una pelota y llevándose puesto al delantero de Boca. El juez dio penal y Benedetto abrió la cuenta en la primera chance que tuvo la visita.

El Rojo sintió el impacto y lo que siguió fueron momentos de zozobra en los que casi se queda con diez cuando Insaurralde coqueteó con la expulsión. De a poco el Rojo pareció recuperar los ánimos, se adelantó nuevamente en el campo rival y llegó en un par de ocasiones hasta que a los 30 apareció Gastón Togni de arremetida en el área chica de Boca y tras un centro le metió un puntinazo para salir a gritar el empate. Sin embargo nuevamente Benedetto, cuando la etapa llegaba a su fin, apareció como nueve ante la pasividad de los defensores Rojos y volvió a adelantar al Xeneize para dejar otro impacto antes de que suene la campana.

Mientras los rayos asediaban Avellaneda y la tormenta parecía cada vez más cerca, Independiente se decidió a jugar más adelantado. Domínguez apostó al ingreso de Fernández y Benegas para finalmente jugar con delanteros y Boca perdió a Fabra tras ver la segunda amarilla. El Rojo seguía sin ideas pero las compensaba con actitud. Hasta que empezó a llover como si nunca lo hubiera hecho. El viento arremolinado y el agua que caía a borbotones comenzaron a inundar el campo de juego. 

A falta de cinco minutos, Boca ya no quería jugar más y el Rojo se jugaba el amor propio. Lucas Rodríguez llegó a tirar un buscapié y Soñora, que había ingresado hacía poco, la empujó entrando por el segundo palo. Apenas se vio entre la cortina de agua. Pero hubo más porque el público arengaba y el equipo iba, pero el agua ya frenaba la pelota y se hacía imposible jugar. Tello, en vez de dejar seguir los minutos que quedaban y terminarlo, decidió cortar a falta de dos y el partido estuvo suspendido un buen rato con discusiones varias sobre sí seguir o no. Ingresaron secadores, hubo grescas y todo resultó desprolijo para que luego se continuará el tramo final. El hincha premió la actitud del equipo con aplausos. La lluvia ya estaba parando. 

Emiliano Penelas 

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