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Bajo un diluvio constante, y con mayoría de juveniles, Independiente empató con Arsenal sobre la hora, y salvó el punto en otra noche para el olvido. Leandro Fernández marcó el gol y se fue expulsado. 


Indescriptible este Independiente que esta noche que bajo la tormenta, por momentos una cortina de agua, no juega a nada, no logra hilvanar dos jugadas seguidas, no crea sorpresas y por poco se termina haciendo goles.

Arsenal, que solo vino a especular, se encontró con el gol al cuarto de hora con una jugada de pizarrón de básquet, y casi marca el segundo tras un error imperdonable en una salida del arco entre Campaña y Barboza, que en otro partido para el olvido, fue nuevamente blanco de críticas de los hinchas.

Como lo fue la Comisión Directiva y el Presidente Hugo Moyano. Se salvan los pibes, los chicos del Club que terminan poniendo la cara. Y poco más. Leandro Fernández, un auto chocador, fue, entró, metió, se peleó, pegó un remate en el travesaño, lo amonestaron, marcó un golazo de tiro libre y se fue expulsado. Toda esa tromba salvó la debacle del equipo. Y hasta ahí llegamos, muy poquito para tanto aguante de la gente.

Emiliano Penelas

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