Independiente derrotó a su homónimo ecuatoriano 2 a 1, pero aunque fue muy superior a su rival sufrió mucho para quedarse con el resultado. El VAR le anuló un gol, empezó perdiendo por un grosero error de Benítez y lo dio vuelta gracias al Chino Romero.
No le fue fácil la noche a Independiente, el nuestro, parándose frente al otro Independiente, del Valle, que vino a hacer su negocio ensuciando el partido y buscando el cero en su propio arco, pensando en la definición en la altura de Quito.
El Rojo de Avellaneda dominó, fue, buscó. Tuvo en Pablo Hernández al mejor del partido en el tiempo que estuvo en cancha, hasta que debió salir lesionado en el entretiempo. Buscó por los laterales con Bustos y Pizzini, bastante errático en los últimos metros, y le faltó profundidad para presionar en las instancias decisivas.
Llegó el gol de Chávez, tras varios rebotes en el área, y el grito de desahogo. La sensación era que ni bien entrara una, le seguirían las demás. Pero no contábamos con el VAR, y con que el árbitro peruano recurriría a la asistencia en video para anular el tanto.
En el segundo tiempo, ya sin en tucumano en cancha, Independiente perdió volumen de juego. Crecía Sánchez Miño, se hacía cargo del manejo de la pelota, pero un grosero error de Benítez, despejando hacia el medio, o queriendo hacer un cambio de frente, terminó dando una asistencia para que la visita se encuentre con el gol que no buscaba.
Beccacece mandó a la cancha a Silvio Romero, y el Chino fue la llave de la victoria. Primero le hicieron un penal y tomó la responsabilidad, y luego puso el segundo cuando parecía que debíamos conformarnos con el empate. Ahora, en medio de la serie, habrá que ir a Ecuador a buscar otra clasificación que será ardua.
Emiliano Penelas
No le fue fácil la noche a Independiente, el nuestro, parándose frente al otro Independiente, del Valle, que vino a hacer su negocio ensuciando el partido y buscando el cero en su propio arco, pensando en la definición en la altura de Quito.
El Rojo de Avellaneda dominó, fue, buscó. Tuvo en Pablo Hernández al mejor del partido en el tiempo que estuvo en cancha, hasta que debió salir lesionado en el entretiempo. Buscó por los laterales con Bustos y Pizzini, bastante errático en los últimos metros, y le faltó profundidad para presionar en las instancias decisivas.
Llegó el gol de Chávez, tras varios rebotes en el área, y el grito de desahogo. La sensación era que ni bien entrara una, le seguirían las demás. Pero no contábamos con el VAR, y con que el árbitro peruano recurriría a la asistencia en video para anular el tanto.
En el segundo tiempo, ya sin en tucumano en cancha, Independiente perdió volumen de juego. Crecía Sánchez Miño, se hacía cargo del manejo de la pelota, pero un grosero error de Benítez, despejando hacia el medio, o queriendo hacer un cambio de frente, terminó dando una asistencia para que la visita se encuentre con el gol que no buscaba.
Beccacece mandó a la cancha a Silvio Romero, y el Chino fue la llave de la victoria. Primero le hicieron un penal y tomó la responsabilidad, y luego puso el segundo cuando parecía que debíamos conformarnos con el empate. Ahora, en medio de la serie, habrá que ir a Ecuador a buscar otra clasificación que será ardua.
Emiliano Penelas
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hasta cuando tendremos la desgracias de aguantar a benitez
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