El músico, reconocido hincha del Rojo, rememora al gran zaguero y habla de los jugadores que marcaron su fanatismo.
¿Qué te acordás de la época gloriosa del rojo en los 70?
Que era un niño fanático junto con mi hermana mayor Laura. Recuerdo la copa Intercontinental contra Juventus con el gol de Bochini. Y también la BBB: Bochini, Balbuena, Bertoni y tantos otros. Por esa época fue el partidazo contra Talleres en el que salimos campeones con ocho jugadores. Lo vi por la tele y enloquecí.
¿Por qué tu ídolo es Hugo Villaverde?
Jugué mucho tiempo al fútbol y mi puesto era de dos, como él, por eso es un referente para mí. Cuando jugás en la calle siempre encarnás en algún jugador. Yo relataba: "Saca la pelota Villa, la lleva Villaverde". Lo vi jugar en vivo junto con Trossero, Pavoni y Olguín. Era un ejemplo de solvencia, actitud, mentalidad, energía y manejo de la estrategia.
Y el famoso paladar negro, ¿dónde queda?
Nos caracterizamos por el buen manejo de la pelota, ofensivo, elegante. Es la escuela de Bochini y Bertoni. Ahora nos representan Agüero, Meza o Tagliafico. Es un concepto interesante porque trasciende a la dirigencia o a los cuerpos técnicos.
¿El fútbol dejó de ser un juego?
La inconsistencia del fútbol argentino está enfocada en lo capitalista y dominado por diferentes intereses corporativos globales que condicionan el juego. Existen fuerzas geopolíticas en nuestro país, más aún si nuestro presidente viene de esa dirigencia.
¿Y quedan rincones románticos para disfrutar?
En mi caso estoy focalizado en la Federación de Fútbol Infantil, donde llevo a mi hijo los sábados que no estoy de gira. Lo llevo al Club Parque Leloir. Hay mucho idealismo ahí, se trata de transmitirle un concepto. Una noche después de jugar lo llevé junto con un amiguito a comer unas pizzas a Floresta mientras mezclaba mi disco Transformaciones. Compartir eso con pibes de 8 años es maravilloso. Otro momento que disfruto es en los Mundiales. Como en casa no tenemos tele, nos juntamos con amigos a comer y ver los partidos.
¿Fana de la selección también?
Es que la selección es apasionante. En la final del Mundial 78, antes de entender qué era la dictadura, salí a Plaza Flores para juntarme con unos amigos. Había una marea de gente impresionante y no nos encontramos. Entonces me subí a un camión y aparecí solo en el centro porteño. Es el borde de mi máxima pasión futbolera, loca y maravillosa.
COMPLETÁ LA FRASE
La mejor manera de ver al Rojo... con mi hijo, pronto lo voy a cumplir
Algún hecho o que simbolice a Independiente... además de Bochini, Bertoni y Villaverde, los penales pateados por el chivo Pavoni, inatajables
Una canción mía que me gustaría que se cante en una cancha... "Ella vendrá", un amigo de Huracán cantaba "¡Globo vendrá!"
Diego Zwengler
Revista Brando, 28 de agosto de 2018
¿Qué te acordás de la época gloriosa del rojo en los 70?
Que era un niño fanático junto con mi hermana mayor Laura. Recuerdo la copa Intercontinental contra Juventus con el gol de Bochini. Y también la BBB: Bochini, Balbuena, Bertoni y tantos otros. Por esa época fue el partidazo contra Talleres en el que salimos campeones con ocho jugadores. Lo vi por la tele y enloquecí.
¿Por qué tu ídolo es Hugo Villaverde?
Jugué mucho tiempo al fútbol y mi puesto era de dos, como él, por eso es un referente para mí. Cuando jugás en la calle siempre encarnás en algún jugador. Yo relataba: "Saca la pelota Villa, la lleva Villaverde". Lo vi jugar en vivo junto con Trossero, Pavoni y Olguín. Era un ejemplo de solvencia, actitud, mentalidad, energía y manejo de la estrategia.
Y el famoso paladar negro, ¿dónde queda?
Nos caracterizamos por el buen manejo de la pelota, ofensivo, elegante. Es la escuela de Bochini y Bertoni. Ahora nos representan Agüero, Meza o Tagliafico. Es un concepto interesante porque trasciende a la dirigencia o a los cuerpos técnicos.
¿El fútbol dejó de ser un juego?
La inconsistencia del fútbol argentino está enfocada en lo capitalista y dominado por diferentes intereses corporativos globales que condicionan el juego. Existen fuerzas geopolíticas en nuestro país, más aún si nuestro presidente viene de esa dirigencia.
¿Y quedan rincones románticos para disfrutar?
En mi caso estoy focalizado en la Federación de Fútbol Infantil, donde llevo a mi hijo los sábados que no estoy de gira. Lo llevo al Club Parque Leloir. Hay mucho idealismo ahí, se trata de transmitirle un concepto. Una noche después de jugar lo llevé junto con un amiguito a comer unas pizzas a Floresta mientras mezclaba mi disco Transformaciones. Compartir eso con pibes de 8 años es maravilloso. Otro momento que disfruto es en los Mundiales. Como en casa no tenemos tele, nos juntamos con amigos a comer y ver los partidos.
¿Fana de la selección también?
Es que la selección es apasionante. En la final del Mundial 78, antes de entender qué era la dictadura, salí a Plaza Flores para juntarme con unos amigos. Había una marea de gente impresionante y no nos encontramos. Entonces me subí a un camión y aparecí solo en el centro porteño. Es el borde de mi máxima pasión futbolera, loca y maravillosa.
COMPLETÁ LA FRASE
La mejor manera de ver al Rojo... con mi hijo, pronto lo voy a cumplir
Algún hecho o que simbolice a Independiente... además de Bochini, Bertoni y Villaverde, los penales pateados por el chivo Pavoni, inatajables
Una canción mía que me gustaría que se cante en una cancha... "Ella vendrá", un amigo de Huracán cantaba "¡Globo vendrá!"
Diego Zwengler
Revista Brando, 28 de agosto de 2018
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