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Independiente lo ganaba en Colombia, pero se lo empataron rápido y salió dormido en el segundo tiempo, cuando las Águilas se lo dieron vuelta 3 a 1. El gol de Silvio Romero para el 3 a 2 dejó abierta la serie por los goles de visitante, en un partido en que el Rojo no jugó bien. 

Foto: Alejandro Montoya, para La Caldera del Diablo

Con falta de rodaje futbolístico, pero también acusando lo mal que venía jugando en los últimos partidos, Independiente cayó en su excursión colombiana por 3 a 2, y aunque pudo ganarlo, por momentos no la pasó bien y pudo haber vuelto con una derrota más abultada.

Sin jugadas de riesgo, a los 20 minutos una gran jugada de Martín Benítez terminó en habilitación para Cecilio Domínguez, que la cruzó sobre la salida del arquero local. El Rojo, se ponía en ventaja y parecía que el partido le sería favorable. No obstante, una desatención defensiva posibilitó el rápido empate de las Águilas, y no pasó mucho más.

En la segunda parte comenzó el horror. Totalmente dormido Independiente, llegaron dos goles de arranque de los rionegrinos, tras dos desatinos defensivos nuevamente, para poner un insólito 3 a 1 que ennegrecía la noche y rozaba el papelón.

Movió el banco Holan, Pizzini entró derecho, abrió la cancha, tiró un centro que dejó mal parado al arquero y Silvio Romero la empujó para poner el 3 a 2. Lo mejor de Independiente llegaría en ese tramo, cuando pudo haber empatado, pero no había luces suficientes para lograrlo.

El resultado final deja la serie abierta, sobre todo por los goles logrados como visitante, aunque requerirá mejorar mucho desde lo futbolístico.

Emiliano Penelas

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