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Con un arbitraje lleno de polémicas y fallos en contra, Independiente cayó 1 a  0 ante Boca. El Rojo generó muchas situaciones, pero no supo concretar ninguna. 



Una noche mala. Mal el arbitraje, que perjudicó claramente a Independiente anulando un gol lícito y no cobrando un penal, pero también muy mala puntería para concretar las situaciones creadas. Porque más allá de que contra todo el poder es muy difícil, el análisis no debe dejar de lado que Independiente generó al menos diez oportunidades claras de gol y no supo concretar ninguna.

Boca, con la mente en otra cosa, vino a pasar los 90 minutos lo más rápido posible, y consiguió llevarse demasiado premio para tan poco esfuerzo. Un par de llegadas en cada tiempo, y un contragolpe muy mal ejecutado, alcanzaron para ganar el partido.

El Rojo tuvo una primera parte arrolladora, pero perdió las chances con Domingo, Benítez y Gigliotti. Un penalazo a Silvio Romero que Herrera eligió no cobrar, debieron haber dejado el marcador a favor del equipo de Holan por más de un tanto incluso. En la segunda Meza tomó la manija del equipo, pero el nivel de juego bajó. Boca llegó al gol con Cardona, el juez anuló mal un gol que hubiera sido el empate, y seguimos perdiendo otras chances. Así se fue el último partido del año en el Libertadores de América.

Emiliano Penelas

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