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El técnico de Independiente se emocionó con la clasificación a la final de la Sudamericana, y dedicó el triunfo a su padre.


"Se lo dedico a mi viejo que me está mirando desde el cielo. Desde los 4 años que me traía acá a ver noches como ésta...", dijo entre llantos Ariel Holan al finalizar el partido ante Libertad de Paraguay. "Independiente superó las expectativas de propios y extraños porque tiene garra y corazón", agregó el técnico de Independiente.

"Dejamos atrás a un equipo con experiencia, que en estas instancia tiene muchos partidos en el lomo, ya que juega todas las copas hace años y es el que más títulos obtuvo en Paraguay en la última década. No es un rival común. Es muy poderoso deportivamente", remarcó el entrenador.

"Y nosotros terminamos una cadena de cuatro partidos teniendo entremedio a River y racing, por lo que vivimos 10 días muy duros. Sabemos lo que significan los clásicos y llegar a una final de copa, y en el balance hay que resaltar que se practicó buen fútbol", sostuvo.

Consultado por sus preferencias sobre el rival en la final sentenció: "No es lo mismo Flamengo que Junior, porque si bien los dos son difíciles, cambia la problemática. Pero las finales se juegan como los clásicos, o sea como llegamos hasta acá, con corazón y fútbol".

"Nosotros llegamos a esta final a 44 años de la hazaña contra Juventus, con aquel gol de cuchara de Ricardo Bochini. Disfruté de ver a aquellos jugadores y ahora estamos en otra historia feliz, pero también quiero hacer una mención para Ezequiel Barco, un extraordinario diamante en bruto, con una personalidad tremenda, que por ser tan joven genera una ilusión grande de que entre en la historia del fútbol argentino", finalizó Holan.

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