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El 23 de julio de 1977 moría Arsenio Pastor Erico, máximo goleador del fútbol argentino y de Independiente.


El paraguayo fue un jugador que quedó grabado a fuego en la historia del fútbol argentino por ser el máximo goleador en toda la historia del profesionalismo, con 295 goles.

Llegó a la argentina formando parte de un equipo de la Cruz Roja de su país, Paraguay, entonces en guerra con Bolivia. Dirigentes del Rojo lo observaron, y no dudaron en ficharlo, negociando con sus pares de Nacional de Asunción.

Erico destacaba por su dinámica, estado atlético, y sobre todo su capacidad de salto incomparable. Goleador de cabeza, contorsionista, fue un deportista completo, con un físico ideal, y dueño de una capacidad aérea increíble en ambas áreas.

El paraguayo le convirtió goles a 23 diferentes equipos. Sus principales víctimas fueron Estudiantes (23) y Gimnasia (22). A racing le hizo 19. El primero en septiembre de 1935 y el último, diez años después. Desde 1945 nadie lo pudo superar en el clásico de Avellaneda. El detalle de goles es escalofriante: anotó 69 goles de cabeza, 4 de tiro libre, solamente hizo 10 de penal y el resto (212) fueron de jugada.

Erico se fue de gira hace 40 años, una tribuna del Libertadores de América lleva su nombre, fue Bicampeón en 1938 y 1939 y es sinónimo de Independiente, un grande, un verdadero Campeón.

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