Campaña fue el mejor del Rojo en el año y la CD quiere renovarle por cuatro temporadas. “Daría la vida por ser campeón con Independiente”, comentó. Y lamentó la salida de Milito: “Quedamos en deuda con él”.
El estallido de algunos petardos por los festejos de Navidad y el sonido de las hojas de los sauces, sacudidos por el viento que sopla fuerte en una tarde gris, son lo único que corta el silencio y altera la tranquilidad inquebrantable de Cerro Largo, a 368 kilómetros de Montevideo. Martín Campaña decidió pasar las fiestas allí, en la tierra natal de Valentina Viera, su esposa desde hace ocho años. Recluido en la intimidad de su familia, el arquero repone energías después de un año muy ajetreado en Independiente.
El llamado de Olé interrumpe un poco su descanso, aunque el charrúa tiene muchas ganas de hablar. “Me emocioné la primera vez que escuché el ‘¡uruguayo, uruguayo!’ Fue tremendo. Miro el fútbol argentino desde que era chico y cada vez que le gritaban eso a un compatriota soñaba con que algún día me tocara a mí. El cariño de la gente me motiva a esforzarme más para crecer como profesional”, cuenta. El charrúa fue el integrante del plantel que tuvo mejor rendimiento en el año y los dirigentes ya están trabajando para comprarlo y armarle un contrato de cuatro años.
-¿Qué te genera el hecho de que en el club te quieran blindar por tanto tiempo?
-La alegría que siento es inmensa. Desde que llegué los hinchas me hicieron sentir muy cómodo. Estoy muy agradecido porque no esperaba recibir tanto cariño tan rápido. Mejor no me pueden hacer sentir. Me quedaría a vivir en Independiente.
-¿Cuáles fueron las muestras de afecto que más te sorprendieron?
-Todavía no puedo creer la cantidad de gente que me saluda con afecto por la calle. Eso tiene un valor tremendo. Cada vez que salgo a calentar al campo de juego del Libertadores, la tribuna me empuja con todo. No se cumplieron los objetivos grupales y la felicidad no es completa, pero en lo personal viví un año tremendo. Que la gente te ovacione es impagable.
-¿Imaginabas que ibas a terminar el año siendo titular indiscutido?
-No, cuando llegué estaba el Ruso Rodríguez, un referente del plantel que llevaba varios años en el club. Y sinceramente pensé que me iba a costar más ganarme un lugar en el equipo. Se dio todo demasiado rápido y gracias a Dios pude aprovechar mi oportunidad. Haber rendido me deja tranquilo, pero la alegría no es muy grande porque no pudimos cumplir nada de lo que nos habíamos planteado a nivel grupal. Y eso duele. El fútbol es un deporte de conjunto y siempre voy a priorizar que el equipo gane. Es cierto que pude hacer un buen trabajo, pero mis compañeros colaboraron para eso: tenemos la mejor defensa del país.
-¿Por qué pensás que el equipo se cayó cada vez que tenía que dar el salto para dar pelea? ¿Los sobrepasó la presión?
-No creo que haya pasado por ahí. Es obvio que en este momento no hay mucha paciencia, pero creo que desde que consiguió al ascenso, Independiente ha mostrado un crecimiento año a año. El plantel se está consolidando y es cuestión de tiempo. El título que todos están esperando va a llegar en cualquier momento. Material hay de sobra. Se dijeron muchas cosas, pero el grupo que tenemos es magnífico y a la larga todo el trabajo que estamos haciendo se va a coronar.
-¿Los sorprendió la salida abrupta de Milito o ustedes ya sabían de antemano que se iba a ir?
-No, en el plantel nadie estaba al tanto. Quedamos muy golpeados porque ningún jugador se esperaba que sucediera eso. Fue un impacto muy fuerte para el plantel porque se trabajaba muy bien con él y nos hubiese gustado que continuase. Pero hay que respetar su decisión.
-¿Por qué no pudieron plasmar su idea y defenderlo en la cancha?
-El nos dio todas las herramientas para poder hacerlo y no es el responsable de lo que sucedió. Es un técnico que trabaja muy bien en todos los aspectos, planifica los partidos al detalle y te da todas las armas que se precisan para jugar bien. No tengo dudas de que va a tener una gran carrera.
-¿Y entonces qué pasó?
-Nosotros no lo supimos aprovechar. Lamentablemente tengo la sensación de que quedamos en deuda con Milito.
-No es fácil defender el arco de Independiente en un momento de tanta impaciencia por la sequía de 14 años sin títulos locales que arrastra el club. ¿Te costó adaptarte?
-En los primeros partidos que me tocó atajar sí. No fue sencillo. Se trataba de un salto muy grande y sentía que no era el mismo que en Defensor Sporting. Pero de a poco me fui adaptando. Fue fundamental el apoyo de los uruguayos del plantel. Diego (Vera), Cebolla (Rodríguez) y el Torito (Rodríguez) me recibieron con mucho cariño. Y fueron ellos los que me respaldaron en los momentos más difíciles.
-¿En algún momento te sobrepasó la presión?
-No, al contrario. Tengo la suerte de que suelo disfrutar de cada partido. Me gustan mucho los desafíos difíciles. Cuando vine al club tenía muchas ganas de que se me presentara una oportunidad, porque cuando llegás a una institución no sabés si vas a tener posibilidades o no. La puerta se me abrió y hoy lo estoy disfrutando. Siento que en Independiente crecí como arquero.
-¿Qué es lo que incorporaste?
-El entrenador de arqueros, Sergio Di Bartolo, me ayudó muchísimo para perfeccionar el juego con los pies. Tomo cada partido como una oportunidad de aprender. La competencia con Gonzalo (Rehak) y Damián (Albil) fue muy sana. Sé que no puedo relajarme ni un segundo.
-¿Qué impresión te causó el fútbol argentino?
-Me sorprendió el ritmo con el que se juega y la trascendencia que tiene cada partido. Siempre fui un admirador del fútbol argentino. En Uruguay se consume mucho. La pasión de la gente es increíble, eso no se ve en ningún lugar del mundo.
-Lograste consolidarte en el puesto. ¿A qué aspirás el año próximo?
-Quiero festejar algo y cumplir todos los objetivos que no pudimos alcanzar este año. Una institución tan grande y con tanta historia merece un título. Quiero revancha y sé que las buenas van a llegar.
-¿Qué darías por festejar un título en Independiente?
-Daría todo lo que tengo. Voy a entrenar cada día más y a esforzarme para cumplir ese sueño. Trabajo para eso y daría la vida por salir campeón acá. En este tiempo le tomé mucho cariño al club y a la gente.
-Se encuentran a nueve puntos de Boca. ¿Están afuera de la lucha por el campeonato?
-El partido con Banfield ( NdeR: el Rojo cayó 0-1) era muy importante para nuestras aspiraciones. Sabemos que quedamos muy lejos del puntero, pero estoy convencido de que todavía tenemos posibilidades. Es un torneo muy largo y hay que empezar a descontar puntos de inmediato. Ya no tenemos margen de error. El año que viene tenemos que pelear todo en serio. No sólo el torneo: también la Sudamericana y la Copa Argentina. Así lo marca la historia de Independiente. Y tenemos que estar a la altura de esa historia.
Favio Verona
Diario Olé, lunes 26 de diciembre de 2016
El estallido de algunos petardos por los festejos de Navidad y el sonido de las hojas de los sauces, sacudidos por el viento que sopla fuerte en una tarde gris, son lo único que corta el silencio y altera la tranquilidad inquebrantable de Cerro Largo, a 368 kilómetros de Montevideo. Martín Campaña decidió pasar las fiestas allí, en la tierra natal de Valentina Viera, su esposa desde hace ocho años. Recluido en la intimidad de su familia, el arquero repone energías después de un año muy ajetreado en Independiente.
El llamado de Olé interrumpe un poco su descanso, aunque el charrúa tiene muchas ganas de hablar. “Me emocioné la primera vez que escuché el ‘¡uruguayo, uruguayo!’ Fue tremendo. Miro el fútbol argentino desde que era chico y cada vez que le gritaban eso a un compatriota soñaba con que algún día me tocara a mí. El cariño de la gente me motiva a esforzarme más para crecer como profesional”, cuenta. El charrúa fue el integrante del plantel que tuvo mejor rendimiento en el año y los dirigentes ya están trabajando para comprarlo y armarle un contrato de cuatro años.
-¿Qué te genera el hecho de que en el club te quieran blindar por tanto tiempo?
-La alegría que siento es inmensa. Desde que llegué los hinchas me hicieron sentir muy cómodo. Estoy muy agradecido porque no esperaba recibir tanto cariño tan rápido. Mejor no me pueden hacer sentir. Me quedaría a vivir en Independiente.
-¿Cuáles fueron las muestras de afecto que más te sorprendieron?
-Todavía no puedo creer la cantidad de gente que me saluda con afecto por la calle. Eso tiene un valor tremendo. Cada vez que salgo a calentar al campo de juego del Libertadores, la tribuna me empuja con todo. No se cumplieron los objetivos grupales y la felicidad no es completa, pero en lo personal viví un año tremendo. Que la gente te ovacione es impagable.
-¿Imaginabas que ibas a terminar el año siendo titular indiscutido?
-No, cuando llegué estaba el Ruso Rodríguez, un referente del plantel que llevaba varios años en el club. Y sinceramente pensé que me iba a costar más ganarme un lugar en el equipo. Se dio todo demasiado rápido y gracias a Dios pude aprovechar mi oportunidad. Haber rendido me deja tranquilo, pero la alegría no es muy grande porque no pudimos cumplir nada de lo que nos habíamos planteado a nivel grupal. Y eso duele. El fútbol es un deporte de conjunto y siempre voy a priorizar que el equipo gane. Es cierto que pude hacer un buen trabajo, pero mis compañeros colaboraron para eso: tenemos la mejor defensa del país.
-¿Por qué pensás que el equipo se cayó cada vez que tenía que dar el salto para dar pelea? ¿Los sobrepasó la presión?
-No creo que haya pasado por ahí. Es obvio que en este momento no hay mucha paciencia, pero creo que desde que consiguió al ascenso, Independiente ha mostrado un crecimiento año a año. El plantel se está consolidando y es cuestión de tiempo. El título que todos están esperando va a llegar en cualquier momento. Material hay de sobra. Se dijeron muchas cosas, pero el grupo que tenemos es magnífico y a la larga todo el trabajo que estamos haciendo se va a coronar.
-¿Los sorprendió la salida abrupta de Milito o ustedes ya sabían de antemano que se iba a ir?
-No, en el plantel nadie estaba al tanto. Quedamos muy golpeados porque ningún jugador se esperaba que sucediera eso. Fue un impacto muy fuerte para el plantel porque se trabajaba muy bien con él y nos hubiese gustado que continuase. Pero hay que respetar su decisión.
-¿Por qué no pudieron plasmar su idea y defenderlo en la cancha?
-El nos dio todas las herramientas para poder hacerlo y no es el responsable de lo que sucedió. Es un técnico que trabaja muy bien en todos los aspectos, planifica los partidos al detalle y te da todas las armas que se precisan para jugar bien. No tengo dudas de que va a tener una gran carrera.
-¿Y entonces qué pasó?
-Nosotros no lo supimos aprovechar. Lamentablemente tengo la sensación de que quedamos en deuda con Milito.
-No es fácil defender el arco de Independiente en un momento de tanta impaciencia por la sequía de 14 años sin títulos locales que arrastra el club. ¿Te costó adaptarte?
-En los primeros partidos que me tocó atajar sí. No fue sencillo. Se trataba de un salto muy grande y sentía que no era el mismo que en Defensor Sporting. Pero de a poco me fui adaptando. Fue fundamental el apoyo de los uruguayos del plantel. Diego (Vera), Cebolla (Rodríguez) y el Torito (Rodríguez) me recibieron con mucho cariño. Y fueron ellos los que me respaldaron en los momentos más difíciles.
-¿En algún momento te sobrepasó la presión?
-No, al contrario. Tengo la suerte de que suelo disfrutar de cada partido. Me gustan mucho los desafíos difíciles. Cuando vine al club tenía muchas ganas de que se me presentara una oportunidad, porque cuando llegás a una institución no sabés si vas a tener posibilidades o no. La puerta se me abrió y hoy lo estoy disfrutando. Siento que en Independiente crecí como arquero.
-¿Qué es lo que incorporaste?
-El entrenador de arqueros, Sergio Di Bartolo, me ayudó muchísimo para perfeccionar el juego con los pies. Tomo cada partido como una oportunidad de aprender. La competencia con Gonzalo (Rehak) y Damián (Albil) fue muy sana. Sé que no puedo relajarme ni un segundo.
-¿Qué impresión te causó el fútbol argentino?
-Me sorprendió el ritmo con el que se juega y la trascendencia que tiene cada partido. Siempre fui un admirador del fútbol argentino. En Uruguay se consume mucho. La pasión de la gente es increíble, eso no se ve en ningún lugar del mundo.
-Lograste consolidarte en el puesto. ¿A qué aspirás el año próximo?
-Quiero festejar algo y cumplir todos los objetivos que no pudimos alcanzar este año. Una institución tan grande y con tanta historia merece un título. Quiero revancha y sé que las buenas van a llegar.
-¿Qué darías por festejar un título en Independiente?
-Daría todo lo que tengo. Voy a entrenar cada día más y a esforzarme para cumplir ese sueño. Trabajo para eso y daría la vida por salir campeón acá. En este tiempo le tomé mucho cariño al club y a la gente.
-Se encuentran a nueve puntos de Boca. ¿Están afuera de la lucha por el campeonato?
-El partido con Banfield ( NdeR: el Rojo cayó 0-1) era muy importante para nuestras aspiraciones. Sabemos que quedamos muy lejos del puntero, pero estoy convencido de que todavía tenemos posibilidades. Es un torneo muy largo y hay que empezar a descontar puntos de inmediato. Ya no tenemos margen de error. El año que viene tenemos que pelear todo en serio. No sólo el torneo: también la Sudamericana y la Copa Argentina. Así lo marca la historia de Independiente. Y tenemos que estar a la altura de esa historia.
Favio Verona
Diario Olé, lunes 26 de diciembre de 2016
Publicar un comentario
Publicar un comentario