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Jesús Méndez, figura de Independiente ante racing, clavó un golazo de tiro libre y lloró de emoción al festejarlo. Desahogo y ovación para el volante del Rojo. "Creo que fue uno de mis mejores partidos", reconoció.


Ya había tenido un par de tiros libres y si bien siempre demuestra que le pega muy bien a la pelota, no la había podido mandar adentro del arco. Hasta que se terminaba el clásico de Avellaneda, Independiente era muy superior a un racing que ya pedía la hora y necesitaba consolidar en el marcador la exigua diferencia.

Méndez pidió la pelota, la acomodó sobre la derecha de Saja y la cruzó pasando por el costado de la barrera en el palo izquierdo del arquero, que voló para la foto. El festejo, recordando a su hermano y todo lo vivido este año, fue con lágrimas.

"La verdad es que sí, me emocioné, por mi familia, mis padres, mis hermanos, mi señora, mis amigos y por esta gente que todos los fines de semana llena la cancha. Para ellos es este triunfo", dijo el volante al terminar el partido.

"Habíamos hablando con Cavallero que le pegara al palo del arquero, me lo pidió el Enano (Pisano) y le dije que me lo dejara y por suerte se dio", contó Méndez, figura del Rojo ante racing.

"Creo que fue uno de mis mejores partidos. Nos jugábamos mucho, creo que veníamos de una seguidilla de triuinfos y en los últimos no se estaba dando, creo que fuimos justos merecedores del triunfo. Suma que gracias a Dios se me dio el gol, pero hay que seguir trabajando porque el miércoles hay otra final y hay que dar pelear en la Copa", agregó.

Por último, no aclaró qué hará cuando termine su contrato a fin de año: "Hoy disfruto del día a día, se me hace difícil por mis compañeros pero veremos con mi familia qué haremos".

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