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Hoy cumpliría un siglo el máximo goleador del fútbol argentino, el paraguayo Arsenio Erico, quien convirtió sus 295 goles vistiendo la camiseta de Independiente. A las 18, se lo recordará en el Libertadores de América.

El 30 de marzo del 1915 nacía en la capital de Paraguay, Asunción, Arsenio Pastor Erico Martínez, quien sería considerado el mejor futbolista en la historia de su país y el máximo goleador del fútbol argentino, con 295 conquistas, todas en Independiente.

Comenzó su carrera jugando en Nacional de Paraguay, debutando en primera con apenas 15 años. Convocado al ejército, terminó jugando a beneficio de la Cruz Roja paraguaya una serie de amistosos para paliar el sufrimiento de la guerra entre su país y Bolivia. En su visita a Buenos Aires, River e Independiente pusieron los ojos en ese "saltarín" que marcaba diferencias. El Rojo lo tentó primero, y su llegada al país se vio cargada de épica, como toda su carrera.


En el Rojo se convirtió en ídolo enseguida, a fuerza de goles y destrezas. Nadie saltaba tan alto como él, nadie remataba con tanta destreza, sus fintas eran endiabladas y la tribuna deliraba con sus actuaciones. Arsenio Erico se convertía en "el ángel que jugó para los Diablos", como señala su biografía, y cosechaba elogios de los más grandes, entre ellos, Alfredo Di Stéfano.


Hace unos años sus restos fueron trasladados desde nuestro país hasta un mausoleo en el estadio Defensores del Chaco, previo paso por la Sede de Independiente. Esta tarde, a las 18 horas, sobre la tribuna que lleva su nombre, se lo homenajeará en el Libertadores de América.

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