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Un goleador es siempre un goleador y Sebastián Penco lo está demostrando a fuerza de meterla seguido, y siempre para cosas trascendentes. Y por si había dudas aseguró: "Jamás pensé en perder, ni se nos ocurrió".

Tiene hambre de gol, pasta de goleador y sabe pararse en el área. Va al frente, choca, es tosco y hasta puede comerse un tanto increíble casi abajo del arco, pero aún con la cabeza rota y el hombro dislocado el tipo va y va y vuelve a ir.

Sebastián Penco, resistido por momentos, amado en otros, está pasando uno de sus mejores tramos en Independiente, a puro gol pese a no sumar los mismos minutos que el resto de los delanteros. Y sabe que es todo suyo cuando le dan la chance y por suerte no la ha desaprovechado.

Pero aún hay más, ya que a su altísimo promedio de gol en relación con sus minutos en cancha, Motoneta estuvo cuando se lo necesitó, para marcar los goles claves, como el de anoche ante Lanús, o los que viene haciendo para ganar o empatar partidos claves.

"No estábamos finos, entramos dormidos. Mi gol sirvió para levantar y por suerte pudimos darlo vuelta. Nos sorprendió ese tanto de Lanús", dijo el delantero al término del partido. Y agregó: "La fe siempre va a estar, no depende de nosotros porque necesitamos otros resultados. Pero mientras ganemos no nos resignamos".

"Cuando uno entra a la cancha sale a ganar. Jamás pensé en perder, ni se nos ocurrió. Se lo dedicamos a ellos, los hinchas, que vinieron a alentar", dijo el atacante respondiendo a quienes dudaban sobre si Independiente iba a salir a ganarle a Lanús o no.

"Creo que de acá al final son todas finales, ahora hay que tirarse de cabeza a cada pelota. Quedan tres finales y vamos a dejar la vida por el sueño de todos, hay que meter presión", finalizó.

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