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Dejando de lado todo lo bueno que había hecho en el debut, Independiente cayó frente a Estudiantes por 1 a 0 en La Plata. El equipo jugó mal y le faltaron ideas, con un planteo inicial que nunca llegó a comprenderse. 

Pobre noche la del Rojo en La Plata, que pese a perder ante un rival que mezquinó juego y se defendió con el único acierto de la noche, tampoco supo encontrarle la vuelta y resignó campo y espacios con un planteo confuso por parte de Almirón y sin generar más que una o dos situaciones de gol en todo el partido.

Desde el primer momento, Almirón sorprendió con las cuatro variantes respecto al equipo que venía de ganar 3 a 0, con el ingreso de los debutantes Víctor Cuesta (para nosotros, el mejor del equipo) y Droopy Gómez, más la vuelta de Daniel Montenegro (lento, impreciso, ajeno al partido) e Iván Pérez. Párrafo aparte merece la inclusión de éste último, quien en los 35 minutos que estuvo en cancha hizo casi todo mal y fue amonestado, por lo que el entrenador dispuso su salida antes de finalizar la etapa.

Faltando poco para terminar esa primera mitad Goñi clavó un golazo de tiro libre y Estudiantes renunciaría por completo a atacar, resignándose a cuidar los espacios y salir de contra de forma esporádica. La rapidez de Pizzini, a espaldas de Jara, parecía que podía ser la clave para Independiente, pero ni Montenegro ni Mancuello estaban como para asistir juego, y Lucero también moría solo arriba en sus intentos por hacerse de la pelota.

Fue derrota triste y con gusto a poco, pero queda tiempo para trabajar y rever errores. Pisano e Insua son quizás valores que el técnico no pude dejar fuera de los 18, y en el recambio también se sintió su ausencia.

Emiliano Penelas

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