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La silenciosa llegada de Henneberg generó malestar en varios miembros de la CD, que creen que se trató de una devolución de favores por el arribo de Menéndez.


Nadie lo esperaba. Nadie lo pidió. Nadie lo presentó. Nadie lo vio con la camiseta de Independiente. Carlos Henneberg irrumpió envuelto en suspicacias. No existe una fecha precisa que certifique su arribo al club. Es un refuerzo fantasma. El jueves firmó un contrato de un año junto a Christian Núñez. Pero en esta oportunidad se rompió con el habitual procedimiento protocolar. No se realizó la foto oficial que se suele tomar cuando se incorpora un jugador. Tampoco se organizó una conferencia de prensa para presentarlo. El delantero de 23 años se estaba entrenando en el club desde hacía un mes junto a los jugadores que no son tenidos en cuenta. Estampó la rúbrica camuflándose tras la llegada de Núñez, el lateral derecho por el que tanto insistió Miguel Brindisi que acaparó la atención de los medios. Y tanto silencio produjo estridencias. Llama la atención que en el sitio oficial del club no se haga alusión a su desembarco y que ni siquiera figure dentro del plantel de Primera y del Selectivo contemplando que la foto de Núñez fue archivada el día posterior a su llegada.

“Me pidieron que por ahora no hable”, reitera el punta proveniente de Atlanta, quien prefiere evitar a toda costa el contacto con los periodistas. Y brinda otra señal que esparce la incredulidad. Las teorías emergen a un ritmo exponencial. Son varios los que sostienen que su arribo estuvo emparentado con la llegada de Cristian Menéndez, que la operación se trató de una devolución de favores, que hubo maniobras subrepticias.

Según informó el sitio Mas Rojo, los directivos debieron solicitar avales a una empresa financiera para abonarle el préstamo de Menéndez a Lanús (u$s 150.000 en tres cuotas). Pero eso tuvo un precio. El propietario de dicha compañía financiera es además dueño del pase de Henneberg y acreedor de Independiente por un monto considerable. El currículum del delantero tampoco brinda certezas. En Chicago fue separado del plantel por mala conducta, pasó por Corinthians y lo echaron, estuvo a prueba en Lanús y Barros Schelotto lo descartó. Ni siquiera pudo afianzarse en Atlanta, donde sólo fue titular dos veces. No todos en la CD tuvieron estómago para digerir esta operación.

¿Para qué te traje?

Favio Verona
Diario Olé, domingo 11 de agosto de 2013

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