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Tras un pálido primer tiempo, un par de reacciones al comienzo del segundo contagiaron a la gente de Independiente, que ayudó con su aliento a cambiar el ánimo de los jugadores y el partido. El Rojo volvió a festejar y todos nos ilusionamos. Caicedo ayudó a dar vuelta la historia. Galeano, Montenegro de penal y Adrián Fernández, los goles.

Dos caras de una misma realidad se vieron en la tarde de Avellaneda, que comenzó con resabios de la tormenta de anoche y terminó con el sol sobre las miles de gargantas que cantaban por una ilusión.

Fue muy malo el primer tiempo, con mas de lo ya visto y jugadores que no se encontraban en sus puestos, como Adrián Fernandez que jamás sintió el andarivel izquierdo o las imprecisiones y torpezas de Galeano y Velazquez y Farias en la delantera, otra vez erratico, Impreciso y cayendo en off side en reiteradas ocasiones.


En la segunda parte el Tecla salió y en su lugar entró para cambiar el rumbo Caicedo. Con empuje, el colombiano inquietó y forzo las dos primeras chances de gol del Rojo en el partido. Y junto con eso fue la gente la que motivada por lo que pasaba adentro de la cancha tambien transmitió energías al campo de juego.

Tras una falta al colombiano, el gol de Galeano que abrió esperanzas. Sin embargo, el empate del Bicho llegó pronto y otra vez los fantasmas. El ingreso de Fredes sirvió para abrir la cancha y otra vez gracias a Caicedo un enganche del 8 terminó en penal que esta vez si pudo marcar Montenegro.

A continuación, con pocos minutos por delante, el equipo de Brindisi supo aguantar y generó, con Caicedo y Adrián Fernandez, autor del tercer gol y luego de un tiro en el palo, que el Rojo pueda festejar y soñar otra vez.

Emiliano Penelas

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