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En Mendoza, Independiente llegó al gol por primera vez en el torneo y ganaba inmerecidamente. Pero la ilusión duró poco y al final de cada tiempo sufrió los goles de David Ramírez para volverse derrotado.


Cada partido de Independiente es un dolor de cabeza, y cada vez más, aún con técnico nuevo, el Rojo sigue cayendo y jugando a no jugar a nada. Pero lo perdió por errores propios, sufriendo además la mala suerte que arrastra con las lesiones.

Lo ganaba sin merecerlo, con un gran cabezazo de Tula de pique al piso que rompió peor la sequía goleadora de Independiente en un arranque de torneo, con 395 minutos sin convertir. Pero sobre el final de la primera parte una pelota perdida por Tuzzio en su lateral llegó hasta la media luna y David Ramírez la ubicó abajo junto al segundo palo de Hilario, que la vio entrar en una reacción tardía. A pesar de eso, el arquero fue la figura del Rojo en ese primer tiempo, tapando dos o tres pelotas claras de gol.

En esa etapa también había aportado lo suyo Rosales, pero demasiado solo no podía hacer nada, la pelota no le llegaba clara y no encontraba receptores. Sobre el final del primer tiempo debió salir Tula, lesionado, dando lugar al debut del juvenil Villalba, el que Gallego apuntó como su "pollo".  

En la segunda parte el equipo cambió al menos en la parte defensiva, sin dejar tantos huecos. Gallego pasó a Tuzzio como central y Vallés al lateral derecho, y fue un poco mejor. Pero también hay que aclarar que renunció a atacar y a medida que pasaban los minutos se fue complaciendo con el empate.

Aunque Godoy Cruz no le creaba peligro en su arco, el Rojo casi no cruzó la mitad de cancha en esa segunda mitad. Y de pronto, la fatalidad otra vez al terminar la etapa. Una pelota cruzada, el pibe Villalba que levanta la mano, la pelota le da de lleno y Pezzotta cobró penal. Iban 47 minutos y Ramírez volvió a marcar para decretar la victoria del Tomba.

Mucho trabajo para Gallego, que tendrá una semana para poner a punto futbolística y mentalmente a un equipo que se vio demasiado abatido.

Emiliano Penelas

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Walter dijo... 2 de septiembre de 2012, 10:11 p.m.

Igual los feligreses del gran Tolo tuvieron la oportunidad de disfrutar de una de sus genialidades que consistió en poner a Tuzzio de 4 y a Vallés de 3, además de la presencia de extraordinarios jugadores inexplicablemente postergados como Galeano y Godoy. Lesiones y suspendidos no tuvierno nada que ver con estas decisiones lo que las hace mucho más meritorias. Espero que Cantero salga a decir cuánto le gusto lo que vió como hizo con Diaz.