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Godoy Cruz e Independiente igualaron en cero en Mendoza, donde el Rojo no puede quebrar la mala racha. Los de Cristian Díaz sólo jugaron los primeros minutos del partido, el resto fue muy pobre.

En el arranque del partido, y durante los primeros 20 minutos de juego, pese a no contar con una superioridad abrumadora, el Rojo era mejor que el Tomba. Llegaba con cierta prestancia hasta el área y mostraba una voluntad ofensiva interesante.

Sin embargo, todo el desarrollo de juego recaía en Patricio Rodríguez y la dupla Parra-Farías, sin asistencias claras, parecía una pérdida de poder ofensivo. Era bueno el trabajo de Monserrat, pero el estado del campo de juego no favorecía a ninguno de los dos equipos.

De a poco el Rojo se fue quedando, dos graves fallas de Gabbarini posibilitaron el agrande de Godoy Cruz y el local crecó en el último cuarto de hora. Lamentablemente, con el inicio del segundo tiempo, el Rojo era el mismo del final del primer período.

Pocas jugadas de gol, escasa creatividad e Independiente que extrañaba mucho la presencia de Villafáñez. El juvenil ingresó a los 9 minutos, pero poco se vio de él. En esta etapa no se contabilizan jugadas de peligro de los muchachos de Cristian Díaz. Fue muy pobre lo de Independiente en el balance, que con la expulsión de Argachá sobre el final y el tardío ingreso de Vidal había ya dado muestras de que el empate sin goles parecía resultarle un buen resultado en una tierra en la que no puede ganar desde hace mucho.

Emiliano Penelas

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