0
En un partido discreto pero entretenido, Independiente y San Lorenzo abrieron la Copa de Oro con un empate 0 a 0 que no reflejó las voluntades de ambos equipos. En el Rojo, destacó por momentos el Patito, y dejaron buena impresión todos los pibes.

Poco se esperaba del choque entre Rojos y Cuervos en Mar del Plata: piernas duras, inicio de la pretemporada, pocos días de fútbol, planteles apenas en ablande. Sin embargo, y a pesar de no haber hecho un encuentro descollante, el resultado es injusto porque mereció haber goles.

Ante unas diez mil personas, la figura terminó siendo el arquero de San Lorenzo, Nereo Champagne, quien hizo mucho para que su arco termine sin goles. Por el lado de Independiente, destellos del Patito Rodríguez, que cuando encaró y gambeteó para adelante demostró todo su talento. Le faltó un compañero, ese delantero que tanto ansía Ramón Díaz, porque los buenos centros que llegaron no fueron bien resueltos ni por Nieva ni por Busse.

El primer tiempo fue más para los de Madelón, pero el Rojo lo equilibró y un buen cabezazo de Nieva casi termina en grito si Champagne no pone el manotazo justo sobre la línea. En la segunda parte, Independiente fue más tocando por abajo, haciendo circular la pelota de lado a lado, y gracias al ingreso y la frescura de varios juveniles: buenas actuaciones de Diego Rodríguez, Patricio Vidal y Fabián Monserrat, que debió abandonar la cancha faltando pocos minutos, ya sin cambios, por una molestia en la pierna izquierda.

Lo mejor vino en dos minutos. A los 31', Nahuel Benítez estrelló su remate en el palo izquierdo cuando el Ruso achicaba bien. En la contra, Patricio Vidal eludió al arquero rival, pero se le abrió mucho y su tiro dio en el poste.

En definitiva, la fría noche marplatense dejó un saldo positivo para los juveniles y la tarea colectiva de un equipo en formación.

Emiliano Penelas

Publicar un comentario