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Desde la llegada de Ramón Díaz se vio un cambio de actitud en el equipo. Si bien no es una mejoría total, algo de la impronta del riojano pudo entreverse en los pocos días que tuvo para trabajar y los muchos compromisos que debió afrontar. Estos días de "pretemporada" ayudarán a consolidar su tarea.

Ramón Díaz debió asumir en Independiente en medio de un torbellino futbolístico, político e institucional. No fue fácil para el Pelado acomodar las piezas de un equipo desvencijado, cansado de perder y sin rumbo dentro de campo de juego. Tampoco lo favoreció la suerte al comenzar con una derrota que intensificó el malestar general.

Y para colmo de todas las cosas, le tocó una seguidilla de partidos que incluyeron juegos entre semana, viajes largos, y el debut copero en la altura de Quito en la previa al clásico de Avellaneda.

Ahora el riojano tendrá unos días libres para poder acomodar las piezas y "recuperar soldados" como manifestó. En estos días sin fútbol hasta la semana que viene, cuando deba hacer frente al 0-2 con la Liga de Quito, Ramón tendrá por primera vez en plena disposición a todo el plantel de Independiente para entablar una mini pretemporada.

Con todo, lo que pudo verse en estos partidos fue un pequeño cambio de actitud que esperemos se pueda traducir en resultados. Si bien dejó poco y nada en los partidos ante Colón y Vélez, la buena impresión lograda en los primeros 45' en el clásico, debiendo salir a dar vuelta un resultado adverso desde el vestuario, y el partido como visitante en Rafaela, permiten vislumbrar algo de luz en el alicaído espíritu de los hinchas Rojos. Esperemos, entonces, que estos días de doble turno y prácticas intensivas terminen de ajustar la mano de Ramón para ver el equipo que deseamos.

Emiliano Penelas

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