En el atípico horario matinal, el Rojo cayó 1-0 con Vélez. Hilario se quedó dormido y permitió el gol del Fortín, pero el equipo de Ramón casi no generó situaciones en todo el partido. Preocupación por el viaje a Quito y el clásico, la próxima semana.
Independiente no pudo con Vélez, que se aferró a la paternidad que últimamente asumió sobre el Rojo, y se quedó con la victoria sin haber hecho demasiado, pero le alcanzó con ser prolijo end efensa y aprovechar un grosero error de Hilario Navarro al momento de salir a cubrir a Jonathan Ramírez.
Sin embargo, lo más preocupante además del resultado es que el equipo no mostró actitud y que salvo un instante de voluntad en el segundo tiempo, ni siquiera ahí logró generar una sola clara situación de gol en ataque. Ni Facundo Parra ni Brian Nieva, ni Leonel Núñez, ni Marco Pérez supieron generar peligro cerca del área rival.
La tibieza del Rojo en la mañana de Avellaneda fue por momentos exasperante, porque Vélez, cansado y en una racha negativa, se dedicó a conservar la pelota y especular con el error del local, que finalmente llegó. Pero ahí y todo, tuvo otra clarísima en el complemento, cuando Hilario pudo reivindicarse y cubrir un mano a mano frente a Vuletich.
A una semana del clásico, y con un viaje agotador para enfrentar a Liga de Quito por la Sudamericana, la cuestión física y futbolística dejó preocupación en la gente, que volvió a despedir al equipo con silbidos.
Emiliano Penelas
Independiente no pudo con Vélez, que se aferró a la paternidad que últimamente asumió sobre el Rojo, y se quedó con la victoria sin haber hecho demasiado, pero le alcanzó con ser prolijo end efensa y aprovechar un grosero error de Hilario Navarro al momento de salir a cubrir a Jonathan Ramírez.Sin embargo, lo más preocupante además del resultado es que el equipo no mostró actitud y que salvo un instante de voluntad en el segundo tiempo, ni siquiera ahí logró generar una sola clara situación de gol en ataque. Ni Facundo Parra ni Brian Nieva, ni Leonel Núñez, ni Marco Pérez supieron generar peligro cerca del área rival.
La tibieza del Rojo en la mañana de Avellaneda fue por momentos exasperante, porque Vélez, cansado y en una racha negativa, se dedicó a conservar la pelota y especular con el error del local, que finalmente llegó. Pero ahí y todo, tuvo otra clarísima en el complemento, cuando Hilario pudo reivindicarse y cubrir un mano a mano frente a Vuletich. A una semana del clásico, y con un viaje agotador para enfrentar a Liga de Quito por la Sudamericana, la cuestión física y futbolística dejó preocupación en la gente, que volvió a despedir al equipo con silbidos.
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