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Independiente logró su tercera victoria consecutiva, segunda en condición de visitante, superando con autoridad a Estudiantes por 2 a 0. Galeano abrió la cuenta con un golazo, Villafáñez clausuró el partido. A Parra, la figura, le anularon mal un gol cuando estábamos 0-0.

Gran triunfo del Rojo diezmado, sin "caudillos" y con muchos chicos que hacía tiempo no jugaban, frente a Estudiantes que a pesar de no estar en su mejor momento tiene nombres, oficio y un estilo siempre aguerrido, sobre todo cuando actúa como local.

Independiente comenzó bien el encuentro, Leandro Gracián era el conductor, Hernán Fredes aportaba lo suyo y Lucas Villafáñez ponía picante arriba, a pesar de que al minuto se lo comió solo ante Orión, quizás por inexperiencia a la hora de definir. El Pincha lo fue emparejando a través del excelente jugador que es Enzo Pérez, y de la combatibidad del Chapu Braña. Sin embargo, el arco de Hilario no pasaba sofocones.

Facundo Parra abrió el marcador bien habilitado, tras un pase de Gracián. Iban 29 minutos pero el línea Sergio Soratti levantó mal la bandera y chau festejo. El Rojo ya era más que su rival, y el grito llegó sobre la hora, con una jugada de defensores. Julián Velázquez la pelea sobre la derecha, envía un centro que se va largo pero Galeano la pone en juego sobre la línea final. Gracián le devuelve la pared y el defensor encara desde el borde del área y remata cruzado para poner un golazo memorable.

El 1-0 fue un golpe anímico, casi tan valioso como el cabezazo que Parra le sacó a Desábato sobre la línea, apenas comenzada la segunda parte. El Pincha intentaba de mil maneras pero Independiente supo cerrarse atrás y encontró en el centrodelantero a un gladiador de toda la cancha.

Y finalmente una contra le quedó otra vez a Villafáñez y esta vez sí, apelando al manual del definidor, supo poner el 2-0 y liquidar el pleito para alegría de toda la hinchada Roja. Si los milagros existen, al término del partido Independiente quedaba a ocho puntos de la promoción y cinco de la punta, con nueve en juego.

Emiliano Penelas

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