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Mientras Independiente no despega en los promedios y la Copa parece estar complicada, el plantel corto empieza a fisurarse entre lesionados que van dejando a la vista las consecuencias de no poder afrontar dos competencias de manera simultánea.


El estado físico de los jugadores, las exigencias de jugar campeonato y copa con pocos jugadores debido a la pésima situación en el torneo local y la imposibilidad de renunciar a jugar la Libertadores hizo que Independiente se convirtiera, de a poco, en una enfermería.

Con más caídos que un regimiento en desgracia, el plantel sufre su poco margen de relevos, y Mohamed tendrá que agudizar el ingenio para, en las próximas fechas en que se decidirá la suerte en la Copa y al mismo tiempo jugará partidos claves por el Clausura, de qué manera juntar once para salir a la cancha.

Preocupa que todas hayan sido en tan corto tiempo, desgarros, fatigas musculares, tirones, etc. Julián Velázquez, Matías Defederico, Leandro Gracián, Jairo Castillo, Ignacio Barcia, Maxi Velázquez, Hilario Navarro. Antes, Facundo Parra, Roberto Battión, Eduardo Tuzzio... el doctor Chiaradía tiene para entretenerse con el hospital de campaña que se le ha juntado en el vestuario.

Los próximos compromisos: el viernes contra Gimnasia en el Bosque, el martes contra la Liga de Quito en Avellaneda, luego nuevamente el viernes contra Godoy Cruz, en el Libertadores de América, viaje a Montevideo el martes para definir el grupo con Peñarol y sábado siguiente el clásico de Avellaneda, ante racing...

Emiliano Penelas

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