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Mohamed reconoció que la racha de partidos sin victorias y lo apremiante de la situación en la tabla de promedios hace que el Rojo se replantee hacia dónde "canalizar la energía".

Lo repetimos muchas veces, pero no somos los únicos: Independiente es un equipo cuando juega la Copa y otro en el torneo local. Las claves y los porqués, que aparecen borrosos, podrán intentar buscarse en la trascendencia que se le da a la copa, al dinero en juego, a factores psicológicos y a los deseos del propio hincha, que pide por la Copa con más entusiasmo, entre otras cosas.

Lo cierto es que Independiente hoy, producto de una pésima campaña a nivel nacional, debe pensar en no ponerle tanto interés, o reducir las expectativas del torneo continental que más quiere y hacía seis años no jugaba.

El Rojo terminó último el Apertura, donde ganó sólo dos partidos. El último, hace 12 fechas, frente al clásico del barrio. Demasiado para cualquier equipo que pretende transitar con cierta tranquilidad la temporada. Se perdieron clásicos, como el de River, pero también partidos claves que parecieron ser menospreciados, como Huracán o Tigre.

Ahora todos pondremos los ojos en lo que suceda mañana en Quito, pero pensaremos en ganar el lunes en Sarandí.

Emiliano Penelas

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