El árbitro, si bien no influyó en el resultado, tuvo una mala jornada para ambos equipos. Interrumpió mucho el juego, no aplicó correctamente las tarjetas y fue confuso en sus indicaciones.

Diego Abal tuvo una muy mala labor en la noche de Avellaneda, y no porque haya influido en el resultado final o haya favorecido a alguno de los dos equipos. Esta vez lo del colegiadofue parejo, sin distinción de localías o camisetas.
Confuso en sus indicaciones, cortó demasiado el juego por nimiedades pero dejó pegar faltas graves sin un buen uso de las tarjetas. Fabián Cubero debió ser expulsado, mientras que aplicó amonestaciones por faltas menores y dejó pasar muchas gruesas.
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