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Independiente apeló a ese plus que le da la historia copera y se impuso a un equipo que demostró buen juego y manejo del balón. Sin embargo, al Rojo se le abrió el arco y convirtió en los momentos justos para seguir en la Sudamericana.


Por la voluntad de ambos equipos, también por las imprecisiones, por los goles (también los desperdiciados), por los cambios en el marcador y las alternativas en la clasificación, el encuentro entre Independiente y Defensor Sporting en el Libertadores de América resultó un partidazo no apto para cardíacos.

El Violeta es un equipo que sabe tocar, fue inteligente en el juego y demostró que tiene categoría y nivel para la competencia. Sin embargo, esta vez el arco se le abrió al Rojo como nunca en la Temporada, el azar le dio una mano con dos tiros en el palo, y contó con un Silvera astuto que supo menejar los tiempos, un Patricio Rodríguez en su mejor versión y dos cambios frescos que aportaron lo necesario para definir la serie: Martín Gómez y Nicolás Martínez.

Volviendo al principio, nadie imaginó que el Rojo fuera capaz de marcar tres goles cuando Defensor abrió la cuenta. Es que los uruguayos además de jugar bien, llegaban con muchas facilidades hasta Hilario Navarro, que desesperado trataba de ordenar a una defensa que no daba la talla.

La "mística copera" apareció en Avellaneda y en sólo 15 minutos Independiente hizo los tres que lo metían de nuevo en la Copa. Primero fue el Cuqui Silvera, de cabeza en el área chica, lo siguió un tremendo zapatazo de Hernán Fredes y Nicolás Cabrera cerró la ráfaga apareciendo nuevamente por derecha.

Resultaría extraño no obstante aclarar que Defensor seguía siendo más y que llegaba con claridad a las espaldas de la línea de tres planteada por Mohamed, y que el resultado era injusto. Pero poco le importaba a la gente que en ese momento deliraba en La Caldera.

La fiesta casi se corta en la segunda parte cuando un idiota le tiró un proyectil al arquero rival, que debió ser atendido en el campo de juego. Por suerte el partido continuó, y apenas iniciada la etapa Silvera primero y Parra después se perdieron lo que hubiera dado aire a un Rojo que continuaría sufriendo cuando Diego Rodríguez, apenas a los tres minutos, puso un golazo al ángulo que significaba que nuevamente el clasificado era el Violeta.

Ahí salió el amor propio que tanto le reclamamos a este grupo de jugadores. Silvera, el estandarte del equipo, puso un gran pase para Gómez, que en medio del área enganchó varias veces hasta poner un centro pasado para que Nico Martínez cabeceara al gol y dijera punto final.

El Rojo está nuevamente en cuartos de final de una competencia internacional (no sucedía desde la Mercosur 2001) y que se venga Tolima.

Emiliano Penelas

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