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Nicolás, el del gol clave ante Defensor, supo esperar su hora, igual que su hermano, el Burrito de Vélez.

Nicolás Martínez, con su papá Carlos -que jugó en River-
y su hermano Juan Manuel, crack de Vélez

Estaba esperando una oportunidad Nicolás Martinez. Y no la desaprovechó. Se metió en la cancha en un momento caliente, cuando a Independiente se le complicaba la clasificación a la siguiente fase de la Copa Sudamericana, y a puro atrevimiento y gambeta apuntó al desequilibrio en ofensiva. Pidió la pelota, encaró, amagó, tiro algún lujito y hasta convirtió el gol que se gritó bien fuerte en la zona roja de Avellaneda y que colocó a Independiente en los cuartos de final.

“Cuando vi que entró la pelota pensé que estaba soñando. No lo podía creer. Encima lo hice de cabeza, nunca había hecho un gol de esa manera. En inferiores nunca había convertido con un cabezazo, siempre había sido con el pie. Recién estoy arrancando y hacer un gol es importante, sobre uno que fue tan importante para el equipo”, decía un feliz Nicolás Martinez.

¿Quién es este zurdo de 22 años que en apenas 7 partidos oficiales (5 de AFA y 2 de Copa; en dos como titular) empezó a seducir con su juego vistoso el paladar futbolístico de los hinchas de Independiente? Luego de iniciarse en Estudiantil Porteño, en Ramos Mejía, dio el paso al fútbol amateur de AFA para incorporarse a las divisiones inferiores de Vélez, pasó un año a préstamo en Almirante Brown para foguearse, volvió a Liniers y, por considerarse tapado, consiguió llevarse el pase. Independiente fue su próxima escala: lo contrataron, tras el visto bueno de Américo Gallego y de César Menotti, pero debio esperar hasta la segunda fecha del actual Apertura para el debut en Primera: ingresó a los 34 minutos del segundo tiempo en el 1-1 con Argentinos, reemplazando a Gabriel Vallés y con Daniel Garnero como técnico. Siguió en las cuatro siguientes fechas, inclusive arrancando como titular ante Arsenal.

El Ruso Nicolás Martinez lleva el fútbol en sus genes. Hijo de Carlos Martinez, ex delantero de River y de Almirante Brown, y hermano de Juan Manuel Burrito Martinez, quien está viviendo un presente exitoso en Vélez, en su familia hubo varios otros futbolistas profesionales: abuelo y tíos.

“Estoy contento por mi actuación personal contra Defensor, pero sobre todo por la actuación grupal. Hicimos uno de los mejores partidos del semestre y dejamos una buena imagen colectiva. El primer tiempo del equipo fue muy bueno, después se nos complicó con el segundo gol de ellos, pero finalmente pudimos remontarlo. Defensor es un equipo que juega bien y lo demostró en este partido”, aseguró Martinez. Confesó: “Después de mi gol, mi sensación era que quería que terminase ya el partido, porque si ellos hacían otro gol de nada hubiese servido lo hecho. Por suerte sirvió...” Y explicó: “El Turco Mohamed me pidió que jugase como enlace y que encarase para adelante”.

Justamente con el cambio de director técnico a Nicolás Martinez parecía que se le cerraban los caminos. Tras el alejamiento de Garnero, el enganche o media punta pasó a jugar en Reserva. Pero Martinez ni bajó los brazos ni perdió la ilusión. “El Turco nos dijo que nos iba a dar la posibilidad a todos y que teníamos que estar preparados. Es cierto que a todo jugador que le toca quedarse afuera le da un poco de fastidio más alla que siempre esté apoyando a los compañeros. Pero yo pensaba en la experiencia de mi hermano Juan Manuel, que supo esperar su oportunidad: jugó en Vélez, se tuvo que ir afuera, volvió y se fue otra vez. Y mirá como está jugando ahora”, dice.

Su padre Carlos, infaltable seguidor de los Martinez que gambetean, desequilibran y ahora también se visten de goleadores, viene repitiendo que Nicolás “juega mejor que Juan Manuel”. El Burrito también viene haciendo idéntica afirmación. Lo cierto es que esta competencia fraternal es ardua.

Guillermo Tagliaferri
Diario Clarín, jueves 21 de octubre de 2010.

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