El pulpo negro

Paul no se equivocó: Alemania jugó al tiki-tiki y Argentina tuvo un día de terror. Afuera, humillados.

Quince minutos de miedo en el primer tiempo alcanzaron para que Alemania rompiera el esquema argentino, desestabilizara la defensa y pusiera en jaque el planteo de Maradona. El cabezazo de Thomas Müller, a los tres minutos, fue un baldazo de agua fría.

Mascherano peleaba solo en el medio, Tevez arriba y la Selección dependía -como en gran parte del Mundial- de que surja alguna individualidad. El rival aplicó toda su frialdad para replegarse y jugar de contragolpe, y mientras a la Selección se le hacía todo cuesta arriba, los europeos hacían daño con apenas un par de toques.

Si bien el final de la primera etapa dejó una mejor imagen de la Argentina, el mejor momento vendría al comienzo del segundo tiempo. Con toque, fuerza y más presencia en tres cuartos de cancha, Argentina llegaba más y merecía el empate.

Sin embargo, todavía nos preguntábamos por qué Pastore o Agüero no estaban en cancha y por qué Verón debió ver todo el partido desde el banco. Higuaín peleado con la pelota, Messi eternamente en deuda, Di María siempre una incógnita... Tevez seguía siendo el faro de la prepotencia ofensiva y Mascherano el hombre orquesta en el medio.

Pero Schweinsteiger, Özil, Podolski, Müller o Klose eran demasiado cuando se juntaban a tocar, y el baldazo vino a los 20', cuando entraron armando paredes "a la sudamericana" y el implacable Klose ponía un 2-0 que ya era irremontable.

Recién ahí llegó el momento de Pastore, que con su osadía y desfachatez aportó algo que estaba faltando cerca del área, pero era tarde. A los 29' Friedrich clavó la estocada final. Inútil que en ese momento entrara el Kun, que sólo alcanzó a ver cómo Klose marcaba el cuarto tanto.

El resultado era imposible de predecir en la previa, y ni el más fanático de los alemanes podría haber apostado por un 4-0 a favor de su selección, pero la realidad indicó esa distancia, y el golpe resultó tan duro que es inapelable.

Emiliano Penelas