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A pesar del calor, a Silvera le alcanzaron tres toques para ponerse otra vez el traje de ídolo y darle la victoria al Rojo en una noche que se hacía áspera.

Independiente derrotó por 3 a 1 a Atlético Tucumán con tres goles del Cuqui Silvera y se puso a prueba una clave de quienes quieren salir campeón: cuando las cosas no salen igual hay que ganar. Porque más allá de los primeros minutos de vértigo que el conjunto de Gallego quiso ponerle al partido, el primer tiempo del Rojo no fue bueno.

Los tucumanos vinieron con un planteo mezquino pero efectista: dos líneas defensivas bien plantadas, sin dar espacios, atorando la salida y poniendo un grandote arriba. Independiente no encontró respuesta en sus armadores (no fue bueno el trabajo de Piatti ni de Gracián) y dependía de la muy buena tarea que terminó cumpliendo Acevedo. A los 22', un corner desde la izquierda derivó en Galeano por la derecha, que tiró un buscapié y lo encontró a Silvera, que ya había mostrado que estaba en una buena noche.

Sin embargo, la presión del visitante se hizo notar, el Rojo no agarraba la pelota, se echó unos metros atrás y se evidenciaron las fallas entre los centrales. Así, una jugada repetida a modo de calco por el Decano en dos ocasiones terminó una de ellas en la red: corner, peina Barone en el primer palo y entra el paraguayo Escobar por el área chica para convertir sin problemas.

En la segunda parte Gallego mandó al Patito Rodríguez a la cancha en lugar del Tano Gracián para imprimirle más ritmo al equipo. Él, Mareque y por supuesto el Cuqui dieron vuelta la historia. Lucas transitó su lateral, pasó al ataque y se ganó las ovaciones de la noche. En una de esas patriadas derivó la pelota para Vella, que tiró el centro de rastrón como venía y siguiendo la trayectoria de la pelota Silvera la acomodó en el segundo palo para poner el 2-1 cuando iban 11 minutos.

Sólo 120 segundos más tarde nuevamente el goleador puso su hat-trick luego de un bonito centro del Patito. Historia concluida en Avellaneda. Atlético no tenía más cartas que mostrar, el recurso de la presión se terminó con el físico de sus jugadores y el Rojo reguló a voluntad el resto del encuentro.

Tres puntos vitales, que se necesitaban. Tres gritos de Silvera que vienen bien para entonar al goleador. Y a visitar a Godoy Cruz, único equipo que logró el puntaje perfecto hasta el momento, para empezar a pelear la punta.

Emiliano Penelas

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