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Consumada la obra maestra en el momento más esperado por las 25.000 almas endiabladas que no podían creer que Estudiantes hubiera empatado el partido a 20 minutos del final, Nacho Piatti señaló el cielo, se besó su antebrazo, allí donde está tatuado el nombre de su hijo Gabriel (en homenaje a Batistuta, su ídolo), y después se entregó al apretujón enloquecido con el que sus compañeros festejaron la conquista maravillosa y definitiva, que sirvió para que Independiente liquidara el pleito a nueve minutos del final.

El golazo de baldosa, fruto de un centro de la derecha ejecutado por Luciano Vella que Gandín le bajó de cabeza al Patito Rodríguez, que del mismo modo se la sirvió a Ignacio Piatti, fue una genialidad. Porque estaba rodeado de defensores rivales, casi de espaldas, y con dos toques leves de derecha limpió el espacio para luego, ya con zurdazo corto y esquinado, derrotar a Albil, que no atinó a movimiento alguno.

Cuando se entregó a los periodistas, tras el juego, Piatti contó la jugada: "Lo vi solo al Patito y se la pedí. La definición me salió así de golpe, quiero decir que no tuve tiempo de pensarlo. Antes me había tocado hacer goles lindos, como cuando inauguramos el estadio ante Colón, y vencimos 3 a 1".

Con 21 partidos en el Rojo y seis goles desde que llegó de Gimnasia, Piatti ya se metió a la hinchada en el bolsillo por su habilidad, por su entrega. Ayer, tras el gol digno de meter en un cuadrito, aún antes de esa resolución ya era una de las figuras del partido.

"Me pone muy contento mi relación con los hinchas y eso me obliga a entregarme entero, y si puedo anotar goles importantes mucho mejor", agregó.

El jugador cordobés, que la semana anterior cumplió 25 años, ya ingresó a la galería de la historia del equipo de Avellaneda al anotar el gol 5.000 de Independiente en la era profesional.

Sereno, cansado y feliz de haber convertido frente a Estudiantes, Piatti, con pasado reciente en Gimnasia, confesó: "Tenía el dato de que había marcado un gol histórico porque me lo dijo un directivo, y en verdad me pone muy contento por este club, en donde me tratan muy bien".

"A pesar de haber ganado un partido clave para seguir con aspiraciones en el campeonato, tengo que reconocer que Estudiantes fue un rival muy digno, aun habiendo jugado con muchos jugadores que habitualmente no son titulares", elogió Nacho, que ayer hizo un gol de antología.

Mariano Rueda
Clarín, lunes 15 de febrero de 2010.

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