2
Un Tolo imperdible promete un Rojo más ofensivo y habla de todo: la relación con Comparada y Menotti, Pusineri, Passarella, la terapia y qué pasaba si Rolfi no se iba. Entrevista de Demián Meltzer que publica hoy Olé.

- ¿Qué cambió para que te quedes seis meses más y que pienses en dirigir la Copa 2011?
- Yo tenía una propuesta muy seria de Brasil, de Inter, donde agarró Fosatti. En México también había tres equipos a los que podría haber ido, pero Independiente me tiró mucho más. Con la llegada del Flaco (Menotti, de manager) se cambiaron muchas cosas. Ya no tengo que chocar tanto. Ni con el plantel ni con la dirigencia. Y con el presidente me siento muy bien. ¡Y lo que ha cambiado conmigo la gente! Me quieren mucho, lo veo en la calle, y todo eso me hizo pensar que le debía un semestre más a Independiente. Y si salimos campeones obvio que me tengo que quedar a jugar la Copa. Es la ilusión que tengo.

- ¿Un proyecto a mediano o largo plazo se sostiene sin resultados?
- Sí, sí, yo tengo esa idea fija acá (señala su cabeza), de cumplir mi contrato. Igual, el cuestionamiento no se me cruza por la cabeza porque vamos a hacer un buen campeonato. Aparte, hablé con el manager y el Presidente y creo que me van a respetar el contrato, como en el 2009.

- ¿Ya canalizaste el rol de Menotti? Temiste sobre lo que venía a hacer...
- Pero después los diálogos se hicieron más fluidos y él tiene un muy buen concepto mío. Y tampoco me olvido de lo que fue Menotti en mi vida.

- ¿Te tuvo que aclarar que no venía a dirigir?
- Sí. Yo lo hablé con él y me dijo que de ninguna manera iba a suceder eso. Y eso me dejó más convencido de que voy a terminar el proyecto que tenemos en común. Pero los resultados a veces... Si no me va bien hasta junio, sé que me tengo que ir solito. Pero la voy a pelear, estoy bien acá.

- Inuaguraron la cancha, pelearon un torneo, rompieron la racha en Boca y en River, ¿qué fue lo que más te gustó del 2009?
- Primero, haber vuelto al club. Hacía como tres años que estaba la chance, Comparada decía que no era el momento, me hizo esperar... Yo siempre cargaba a todos con que el Rojo iba a reabrir el Estadio conmigo como técnico, y tuve esa suerte. Fue algo maravilloso. Me hizo acordar al Mundial 78: la gente se abrazaba, lloraba. Y desde ahí empezamos a ser el Independiente que mete miedo de local. Sólo perdimos con Banfield. Ese partido... Entrené toda la semana el pelotazo de Lucchetti para Silva (enfatiza), y nos hacen el gol ése, ¿viste? (NdeR: en contra de Mareque). Esos errores creo que ahora no los vamos a cometer.

- ¿Con Montenegro el equipo hubiese tenido el plus que le faltó?
- Uhhh. Sí. Sí. Si teníamos al Rolfi, ganábamos el Apertura. No tengo ninguna duda, eh. El me decía: "Mirá, Tolo, con vos me porté bien". Y yo le decía (pone voz de súplica): "Pero se me van 12 goles, Rolfi, me muero". Si yo me ponía en hijo de puta, no se iba, pero Independiente necesitaba la plata. Y pensé también en la que iba a juntar el jugador. No me servía si él quería irse.

- ¿Y ahora? ¿Este año?
- Pensé, y pienso, que tenemos que mejorar el torneo pasado. Y eso va a significar pelear el campeonato. Hay muchas cosas para corregir, pero ya conozco al plantel. Este grupo se debe dar cuenta de que tiene con qué pelear. Tengo un equipo fuerte pero debo enseñarle las mañas. Por ejemplo la de manejar un partido: si tenemos el resultado controlado, les digo "ahora hay que descansar con la pelota". Sin la pelota, el rival se cansa mucho más. O no ser ningún Carlitos. Y que si falta un minuto, estar tranquilos. Banfield salió campeón haciendo muchas pausas, las manejó muy bien. O a veces hay partidos que tenés que jugar mano a mano, pero para eso necesitás contar con jugadores importantes. Por eso este año Independiente va a ser un equipo ofensivo, a pesar de que no le dieron tanta importancia a que fuimos el equipo más goleador del Apertura. Y vamos a arriesgar mucho más.

- ¿Cómo?
- Me las voy a arreglar, je. A mí me gusta que respeten el dibujo táctico, pero después los jugadores tienen que tener la rebeldía de la calle, del potrero. Ruego que no tenga problemas Silvera, porque todavía no me vino un punta de referencia. Necesito más en el medio, como un enganche. Gracián está al caer, pero también tengo a Piatti, que juega muy bien. Acá nadie tiene el puesto comprado, pero hay una columna vertebral que forman Matheu, Acevedo y Silvera, y Gandín se está ganando su lugar. Lo único que digo es que no pensaba que iba a tener tan buen feeling con los jugadores. Yo también cambié un poco, claro.

- ¿En qué aspectos?
- Voy mucho más a las mesas. Hablo con ellos, si la comida está bien, si necesitan algo, les digo "miren que lo hablo con el manager o con el Presidente", y el capitán (Matheu) va al frente. Es un muchacho que a mí me ayudó mucho. Y que tira para el grupo.

- ¿El te hizo ver qué tenías que cambiar? ¿Fue tu familia? ¿Vos mismo?
- Yo solo. Me veo por televisión y me digo: "Qué estoy haciendo, soy un loco". Porque a algunos jugadores los gritos les vienen bien y a otros los mato. Y hablando con un jugador me dice: "Tolo, lo que pasa es que cuando usted le grita...". Paf, listo, no le grito más, los motivo nada más. Esas son las cosas que fui corrigiendo. Como fue también bajar 18 kilos de peso. Estaba en mi casa en México, pasaban un partido mío, me vi la panza y no podía creer. Entonces dije "no, se acabó, dejo todo", y ahora en febrero va a hacer dos años que dejé todo. Y vos me decís, ¿un poquito así de champán para mi cumpleaños? ¿Para fin de año? No, nada. Dos años. Y chau, ya está. Y lo que cambié obvio que me hizo mejor, je, pero yo quiero tener con todos los jugadores un trato igual. También me estoy controlando en no sacar enseguida a un jugador que erra muchos pases o que no hace lo que le pido. La terapia me ayudó bastante en eso.

- ¿En la terapia incluís el manejo del grupo?
- De motivación no, porque, no me sobra, pero soy un tipo que le llega bien al jugador. Y en lo otro me abre panoramas. A lo mejor voy a un partido con temor. Digo (con voz de preocupado): "Justo tenemos que enfrentar a estos que juegan con cuatro puntas". Y el terapeuta me dice (pone voz mandona) "Y usted vaya allá, preséntese, arengue a sus jugadores, y diga ganan hoy". A mis jugadores quiero llegarles con la simpleza que tuve siempre. Me siento un tipo que va de frente. Cuando uno no tiene que jugar, voy y le hablo. Pero cuando veo que no me responden, no puedo perder el tiempo. Independiente está urgido de ganar un campeonato y yo no puedo estar dándoles explicaciones a tres jugadores. No puedo perder mi energía ahí. Elijo perderla con los 18 concentrados.

- Y si los apartás que les hable Menotti.
- Para eso está el manager. Yo me siento mal cuando tengo que separar a jugadores por razones futbolísticas. ¿Pusineri? Con algunos técnicos jugó, con otros no... Yo con Lucas quiero seguir teniendo la amistad que tuve siempre. No discutimos, pese a que muchos piensan eso. No estaba en mis planes y tuve que tomar una decisión, para eso estoy.

- ¿Qué te da Islas como ayudante? ¿Y por qué se fue Juan Sánchez?
- Lo de Amador fue consensuado, porque él quería dirigir por su cuenta. Y Luis trabajó bien como entrenador de arqueros. Al ser de la casa y no tener que pagar otro sueldo, que significa mucha plata para Independiente, me quedé con Islas. En junio hablamos a ver cómo salió todo, je, esto es prematuro. El sabe cómo se tiene que manejar y yo sé cómo me tengo que manejar con mis colaboradores. Al momento estamos bien.

- ¿Hablaste con Passarella tras las elecciones?
- Lo llamé dos veces pero no tiene para la tarjeta y contestarme, je, pero ahora que viene a Salta no se puede escapar.

- Y vos que renegaste tanto con los dirigentes, ¿serías presidente?
- No, a mí me gusta dirigir.

- ¿Te quedaste para ser campeón?
- Es la ilusión que tenemos todos. Los muchachos están enchufadísimos, eh. Por eso, ganando el clásico, ayuda mucho más a trabajar tranquilos.

"Tenemos que ganarle a todo lo que se cruza"
Gallego, invicto ante racing, va con muchos titulares. "Descarto una derrota, no me gusta perder a nada", dice.

Américo Gallego, como técnico, enfrentó 12 veces a racing. Y nunca perdió. Desde esa estadística llegó a sacar pecho tras ganarle el clásico en el Apertura. "Y, ven esta camiseta Roja y, viste...".

- ¿Se asustan?
- Claaaaro.

Al Tolo le sobra seguridad. Y aunque estos partidos de verano no le quitan de vista el objetivo de preparar el mejor equipo para ganar el Clausura, también admite que su decálogo incluye el ítem "hay que ganarle a todo lo que se cruza". Y en un derby eso es un mandamiento. "Poniendo suplentes o titulares, los clásicos son para ganarlos. Hubo antecedentes de técnicos que perdiendo estos clásicos tuvieron que irse, como Ramón Díaz. Pero Independiente, dentro de todo, está embalado con racing y Dios quiera que no se corte la racha", expone el Tolo. En el mismo decálogo está escrito que "en los clásicos no hay amistosos", porque "los querés ganar siempre". "Y por eso le estoy dando importancia a este partido, a pesar de que voy a esconder a algunos jugadores", reafirma. Esconde y cambia, porque piensa innovar con un 3-4-1-2, justamente el sistema que usa (excepto hoy) Claudio Vivas en racing.

- ¿Lo conocés a Vivas?
- Sí, cuando fui a ver entrenamientos de Bielsa. Es un chico muy preparado y motivador. Le gusta el sistema de Bielsa y lo va a emplear, por más que racing no tenga los jugadores. Tiene un buen plantel, no se le dieron algunos resultados.

- ¿Qué pasa si uno de los dos pierde?
- En mi caso, tengo que descartar una derrota, porque no me gusta perder a nada. Se seguirá trabajando igual y habrá revancha ante River. Nosotros vinimos a hacer una pretemporada pensando en campeonato, pero lo que se nos cruce enfrente hay que ganarle, sí o sí. Y tener paciencia. A la gente no le vamos a poder dar el fútbol que espera, porque recién empezamos el 4: en seis días no podés hacer nada. racing lo mismo. Hicimos prácticas de fútbol entre nosotros. Por eso, el que no cometa errores va a ganar este partido.

El uno x uno del Tolo
Adrián Gabbarini: va a empezar atajando, pero tiene la presión de Hilario y Rodríguez. Es lindo jugar así. Sabe que se tiene que mandar un par de cagadas para que lo saque.

Vella y Mareque: con ellos estoy bien, aunque podría venir otro lateral. Serán productivos cuando uno vaya al ataque.

Eduardo Tuzzio: el único defensor grande que tengo, pero por la forma en que se cuida, no tenemos problemas a futuro.

Carlos Matheu: es un caudillo que me hace acordar de muchas cosas. Con 24 años, tiene muy claro lo que quiere. Cuando me equivoco con un jugador, me dice: "Tolo, mirá que queremos ser un grupo". Me recuerda a Milito.

Leonel Galeano: un central que no sé si otro equipo del fútbol argentino lo tiene. Y es un pibe de 19 años. Lo mismo pasa con Velázquez, que tiene 18.

Walter Busse: es un 8 con características de punta. Debe hacer siete u ocho goles, y no hizo ninguno. Eso me preocupa.

Walter Acevedo: eje del equipo, referente. Cada vez incorpora más secretos de su puesto.

Piatti y Mancuello: con Piatti ya tengo un enganche. Y juega muy bien. Igual que Mancuello. Los dos tienen que mentalizarse y cambiar el chip. Espero que lo hagan: son jugadores espectaculares.

Darío Gandín: se ganó un lugar con goles. Se bancó ser 9 cuando no estaba Silvera. Quiso jugar siempre y esa personalidad lo hace distinto.

Andrés Silvera: sabe que es muy importante para el grupo, los pibes lo respetan. Y hace jugar al resto. Está madurando. Si se cuida como hasta ahora, tiene para muchos años.

Patricio Rodríguez: con todas las condiciones para triunfar, pero depende de él. Lo puedo poner, pero si no responde...

Leonel Núñez: no se puede quedar en el conformismo. Veo que algunos jugadores se desaniman. Deben seguir peleando.

Demián Meltzer
Diario Olé, lunes 11 de enero de 2010.

Publicar un comentario

Jefferson freire dijo... 11 de enero de 2010, 7:42 a.m.

Hermano, estive na Argentina ano passado e fui muito bem recebido por vcs. Fiquei feliz com o encontro com o Luís Eduardo. Essa conexão entre nós com certeza demonstra q a rivalidade não pode ultrapassar as 4 linhas do campo.

Forte abraço e já votei no Flamengo.

La Caldera del Diablo dijo... 11 de enero de 2010, 2:08 p.m.

Gracias, amigo, un abrazo

Emiliano