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El próximo certamen tendrá un calendario muy apretado por motivo de la disputa del Mundial; habrá tres fechas en mitad de semana y una maratón de partidos.

Señores de empresas eléctricas: doblen esfuerzos para que no se produzcan cortes de luz imprevistos que motiven suspensiones de partidos. Dirigentes de los clubes argentinos y representantes del gobierno nacional: no ingresen en litigios económicos por los derechos de televisación del fútbol que posterguen el comienzo del campeonato. Representantes de Futbolistas Argentinos Agremiados: los justos reclamos por falta de pagos a los jugadores de su gremio que queden para otro momento. A todos los barrabravas: no se guíen por su irracionalidad y no cometan desmanes en el próximo torneo que obliguen a paralizar el fútbol. Clima: ¡que no haya tormentas que inunden las canchas! En definitiva, que en este Clausura que comenzará dentro de 72 horas no se produzcan imprevistos de los clásicos que afectan al fútbol nacional, porque no habrá fechas disponibles para reprogramar. Más claro: debido el apretado calendario por la disputa del Mundial, el certamen no admitirá los característicos asteriscos que adornan las tablas de posiciones de los últimos años.

El campeonato tiene algunos puntos inhabituales. El primero es que comenzará el último fin de semana de enero, un mes donde normalmente todavía se juegan los torneos de verano. Después, habrá fechas programadas en mitad de semana en tres ocasiones, y la primera llegará pronto: en siete días, con el comienzo de la segunda fecha. Finalmente, el desenlace del campeonato se producirá el 16 de mayo, cuando a esas alturas del año el Clausura anterior jugaba su jornada número 14. Un detalle comparativo: en la etapa previa del Mundial 2006, el torneo también comenzó el mismo día, pero tuvo dos fechas a mitad de semana y concluyó el 31 de mayo. Sin duda, se trata del torneo más apretado desde que se juegan certámenes cortos.

A todo esto hay que sumar el desarrollo de la Copa Libertadores que jugarán en su etapa de grupos Estudiantes, Lanús, Vélez y Banfield, y a los que se podría sumar Colón y Newell's si superan el repechaje. El certamen continental muestra actividad para los equipos argentinos todas las semanas de febrero y de marzo. El ejemplo es lo que sucederá en los próximos días: habrá Copa Libertadores hoy (Colón) y mañana (Newell's), el viernes comienza el Clausura con partidos hasta el domingo, y el martes venidero ya arrancará la segunda fecha. De acá hasta el primer domingo de febrero, viviremos el primer capítulo de esta auténtica maratón de fútbol de equipos de Primera división, sin contar lo que ocurra con el ascenso.

"Si jugamos dos torneos, la rotación será inevitable", dice Hernán Puertas, preparador físico de Newell's, en una respuesta tan obvia como imprescindible para ingresar en el análisis deportivo: los equipos que juegan la Copa pierden mucho terreno en el contexto local. "Tengo un plantel amplio, por lo que encararemos ambos torneos con muchas expectativas. Después se irá viendo cómo resolvemos cada encuentro", comentó Ricardo Gareca, DT de Vélez, sobre este panorama.

Nada de imprevistos, por favor, que el Clausura tiene su calendario más apretado que nunca. Es el torneo en el que estarán prohibidos los asteriscos.

La ventaja de no jugar la Copa Libertadores
Por primera vez en la historia de los torneos cortos, ninguno de los cinco equipos grandes participará en la Copa Libertadores. En un calendario tan compacto como el que se vivirá en los próximos cien días, se trata de una notable ventaja en la búsqueda de ganar el torneo Clausura.

Por Carlos Beer
Diario La Nación, martes 26 de enero de 2010

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