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Independiente, con diez hombres desde los 18' y con nueve a poco del final, hizo fuerza contra el rival y el juez, que tuvo un flojo partido. Victoria chica la de racing.

Silvera jugó el primer partido del año

Poco, pequeño y amarrete resultó lo de racing en Mar del Plata, que jugó 72 minutos con un hombre de más y cinco con dos, así y todo especuló, llevó el juego hacia el roce, esquivó siempre el fútbol y contó con la suerte de tener a su favor una mala noche del árbitro Diego Abal.

Independiente comenzó mejor, con Patricio Rodríguez y Busse inclinando la cancha por el sector izquierdo, Gandín luchando y Silvera despierto. Los dos delanteros tuvieron las más claras del Rojo, hasta que llegó la expulsión de Matheu y todo cambió.

Es cierto que fue una reacción infantil de Matheu, pero también fue una decisión apresurada del juez: Bieler luchaba con en capitán del Rojo en el corner y cuando Carlitos le gana la posición le tira un cachetazo inofensivo que ni siquiera impactó en el delantero académico. Abal, que luego dejó pasar todo lo que pegaron Licht, Martínez y Cahais, castigó con la roja y dejó al equipo de Gallego con uno menos casi todo el partido.

El Tolo decidió continuar con línea de tres en el fondo, y la academia aprovechó la debilidad defensiva en los últimos 15' de la primera parte. Iban 34' cuando un remate lejano de Lucero no tuvo una feliz respuesta de Gabbarini, que dio un rebote largo y se la entregó a Bieler para el primero. Sobre la hora Cahais, entrando por el segundo palo, tras un cabezazo en la otra punta del área menor ponía el segundo. Inmerecido, pero inapelable.

En la segunda parte, gracias a la fuerza de Acevedo y el coraje de Mareque el Rojo se fue en busca del descuento. No se entiende el cambio de Vella por el Patito Rodríguez cuando ya se jugaban 15' del complemento, pero igual Independiente iba, aunque sin ser punzante. Hasta que a los 37' Federico González, luego de una gran corrida de Mareque, clavó un bombazo desde afuera del área que ilusionó a todos.

Hacía rato que Independiente iba y racing no quería más, pero todavía quedaba algo más porque el juez sacó otra tarjeta roja directa, y no fue para una hartera patada de algún volante racinguista, que las hubo y muchas, sino para una entrada desde atrás de Núñez, que fue a la pelota pero la reacción exagerada del rival fue comprada por el juez. No hubo tiempo para la hazaña, ni siquiera para cobrar el codazo que recibió Vella entrando al área.

Así de chica fue la victoria de racing. Para el Tolo, serenar los ánimos y pensar que las derrotas siempre son mejores fuera de temporada.

Emiliano Penelas

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