Los 56 días sin fútbol y la ilusión de comenzar un nuevo campeonato hicieron que la hinchada de Independiente deje chico el estadio de Lanús.

La popular local desbordó de gente, tanto que cuando aún quedaban unos minutos para el inicio del partido y seguía ingresando público, la policía debió abrir la reja que separaba del codo (¿era necesario tener un "pulmón" ahí cuando la platea era toda de Independiente?) y se terminó de llenar toda la tribuna.
Las dos plateas también desbordaron, y el aliento fue constante, aún cuando el Rojo no mostraba nada dentro del campo de juego.
La salida
Daría la vida por viajar a Japón
Dale Rojo
El recuerdo de Gustavo Baretto
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que cagada que hayan perdido contra los gedientos de nievels :S
bueh, aca les ganamos a rasin'... si es poco consuelo por las dudas
Mal comienzo, Esteban...
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