Burru y el gol de la final, uno de los seis que metió para ser
el goleador de la Libertadores' 84
Esa boca tan llena de gol. Esos brazos abiertos para remontar vuelo y quedarse a vivir en el cielo, alojado en el firmamento de estrellas inolvidables de Independiente. Esa imagen que dos años después también regaló a los argentinos en la final de México 86. El recuerdo hoy marca 25 años del último festejo del Rey de América. Y en Olé lo evoca el héroe, Jorge Luis Burruchaga, autor del único gol de la final de la Libertadores '84 ante Gremio de Porto Alegre. "¡¿25 años ya!? Estamos viejos, ¿no? Y pensar que entonces, en 20 años, se habían logrado siete".
- ¿Otra época?
- Es todo distinto. Las Copas de antes y ahora son como las Eliminatorias, eran más complicadas. Antes jugaban los campeones, nada más. No como ahora. Hoy la verdadera Copa arranca con los playoffs y antes te mataban en el grupo nomás. De cuatro clasificaba uno solo. La segunda fase, de tres, pasaba uno.
- ¿Cómo fue en el '84?
- Tocó Estudiantes, bravísimo en esa época, Olimpia de Paraguay, un grande sudamericano, y Sportivo Luqueño. Primera fase tremenda, la ganamos con lo justo y jugando buen fútbol... En la salida a Paraguay sacamos dos puntos de cuatro. Y luego las batallas con el Pincha. Empatamos en La Plata y goleamos en Avellaneda. Ahí ya veíamos que estábamos para grandes cosas. Aún así tuvimos que definir con Olimpia, perdíamos 2-1 faltando siete minutos. Pateé el penal, el más difícil de mi vida, y lo ganamos sobre la hora, gol de Bufarini.
- ¿Por qué el más difícil?
- La hinchada atrás, del lado de la Visera, con Almeida enfrente, atajador de penales, experiencia... Si fallaba nos dejaba afuera. Era otro golpazo para la gente.
- ¿Y luego?
- Nacional, otro histórico, y la U. Católica. Partidos muy cerrados. Ganamos bien pero con lo justo. En esa Copa a mí me tocó algo grande, hacer muchos de los goles clasificatorios...
- ¿Ves más diferencias?
- Antes eras visitante en serio, no había televisación. Ibas al Centenario o al Defensores del Chaco y cobrabas, te escupían. Hoy están las cámaras ahí, nadie te agrede. La policía también intervenía fuerte. Era duro. Los vestuarios eran trompadas van, trompadas vienen...
- Y llegaron a Brasil...
- Otra lección. Fue 1 a 0 pero merecimos un 3 a 0. Noventa mil brasileños nos aplaudieron de pie, reconociendo la superioridad. Esa noche, en el hotel, los periodistas brindaron en honor a lo que habían visto... Les dimos un baile a los brasileños en su casa. ¡Cómo lamentamos que no se haya televisado!
- Contá algún secreto.
- No había misterios. El equipo en dos años sólo cambió a Enrique por Killer y Percudani por Morete. Jugábamos de memoria.
- ¿Y el gol de la final dónde lo ponés?
- Detrás del que le hice a Alemania en la final en México 86. Los dos, a nivel club y Selección, los más importantes de mi vida.
- ¿El hincha del Rojo extraña mucho esa gloria?
- El hincha primero quiere estar bien a nivel local. No piensa más allá. Lamento que Independiente esté así, y me duele. Se va a recuperar, pero le va a costar mucho a corto plazo. Ni hablar en el plano internacional. Es mucho 25 años. Pero cuando le toque jugar la Libertadores, que se agarren los demás: van a explotar los estadios.
- ¿Cuándo será?
- El fútbol es impredecible, hoy estás abajo, mañana arriba... Pero le costará.
- ¿Tenés un diagnóstico?
- Todo es consecuencia de algo. Se da cuando no se hacen las cosas bien. No se analiza por qué pasa lo que pasa, y si encima seguís el mismo camino... Yo estoy tranquilo porque le dije a Comparada lo que se podía venir, y está sucediendo. Independiente está errando los caminos. Pero ya es un problema de ellos, eligieron otras cosas. Y los costos están a la vista.
Jorge Luis Sierra
Diario Olé, lunes 27 de julio de 2009
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