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Tras salir anteúltimo con Independiente, pasó a ganar liga y copa nacional con el Dinamo Zagreb. Entrevista de Nicolás Piñón publicada hoy en Olé.

"Me voy sin cumplir un sueño", decía Adrián Calello cuando dejaba Independiente rumbo al Dinamo Zagreb en diciembre último. Hoy, seis meses después, todo cambió y dice: "Estoy viviendo un sueño". Sí, increíble pero real. Es que, de estar sumergido en un club en plena crisis, pasó a salir campeón en el más grande de Croacia (el segundo es el Hadjuk Split), como titular casi indiscutido. Además accedió a la previa de la Champions League.

- ¿Podés creer el vuelco que dio tu carrera? - No. Las cosas no se podían haber dado de mejor manera de lo que viví. Cuando llegué sólo quería jugar y ganarme un puesto. Una vez que conseguí eso, mi segundo objetivo pasó a ser salir campeón, y gracias a Dios lo logramos. Ahora la idea es entrar en la Champions y, si no lo conseguimos, sumar la mayor cantidad de puntos en la Liga de Europa (ex UEFA). Jugué todos los partidos salvo tres por lesión. Además, recibí una oferta del Shakhtar Donets de Ucrania (campeón de la UEFA). Fue todo perfecto, estoy muy feliz.

- ¿Qué tan alto es el nivel de la liga croata? - El Dinamo y el Hadjuk Split son los más fuertes por bastante diferencia. La liga se definió cuando nada más faltaban tres fechas. Se podría decir que estamos un escalón por encima del resto de los equipos, que dan pelea hasta ahí nomás. Nosotros y el Split tenemos jugadores de selección (en el Dinamo juega la mayoría de la selección croata) y también promovemos muchos juveniles.

- ¿Cómo manejaste el tema de la distancia? ¿Extrañaste? - Por suerte no tuve problemas porque fui con mi novia y mi familia se turnó para visitarme. Entonces siempre estaba acompañado. Y al chat lo usé un montón para hablar con mis amigos.

- ¿Tenés algún recuerdo divertido? - Y, no sé si divertido...pero el día que llegué a Zagreb me bajé del avión en remerita, y cuando caminé al taxi casi me congelo. ¡Había ocho grados bajo cero! Y yo en remera. Tuve una llegada complicada. Aunque en primavera todo es distinto, la ciudad es hermosa y puede haber 30 grados.

- ¿Entonces el frío fue tu mayor enemigo? - Sí, y el idioma también. Es muy difícil, casi imposible. Casi que me resigné a no aprenderlo. Por eso decidí manejarme mejor con el inglés. Desde que llegué estuve estudiándolo y me ayudó bastante. O si no, a veces tenía un traductor que me daba una mano. Fueron las únicas complicaciones.

- Habiendo logrado cosas importantes en sólo seis meses, ¿pensás cumplir tu contrato de cinco años? - Es cierto lo que decís. De ahora en adelante la idea es hacer una buena campaña en los torneos continentales. Voy de a poquito, con objetivos cortos. Si todo se cumple me gustaría eventualmente pegar el salto a alguna liga más importante.

- ¿Cómo seguís al Rojo? - Hablo con los chicos por el chat y veo todos los partidos por Internet. Estoy al tanto de todo lo que pasa y la verdad que me pone muy triste su actualidad, pero estoy convencido de que esto es momentáneo y que hay jugadores para revertir la situación. Me hubiera gustado quedarme y que me dirija el Tolo, pero las circunstancias se dieron para que me fuera. Encima la plata se iba a usar para la cancha, que al final se retrasó. La gente de Independiente se merece jugar de local en su cancha.

- ¿Seguís esperando que un sector del Libertadores de América lleve tu nombre? - (se ríe) Fue un chiste que hice, pero obviamente que algún día, en el futuro, me gustaría haber hecho las cosas lo suficientemente bien como para que un sector de la cancha lleve mi nombre. Pero me falta mucho, recién empiezo.

Nicolás Piñón Diario Olé, miércoles 17 de junio de 2009.

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