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Jugando pésimo, la Argentina fue vapuleada por Bolivia: 6 a 1, pero pudieron ser más. No hay excusas con la altura de La Paz, la defensa funcionó tan mal como en el Monumental, sólo que esta vez el local no perdonó.


En el popular horario de los miércoles a las cuatro y media de la tarde, la Selección argentina cayó sin atenuantes contra Bolivia, quizás el peor combinado de los que juegan las Eliminatorias sudamericanas, puesto que pelea con Perú.

Sin embargo, el equipo nacional cayó estrepitosamente (la peor derrota de la historia, junto a la recibida de Checoslovaquia en el Mundial de Suecia 1958) en La Paz, con errores garrafales en la defensa que ya se habían visto en el Monumental, sólo que el sábado Venezuela no tenía poder ni voluntad ofensiva para explotarlos. Ahora Bolivia, ayudado por los 3600 metros de su capital, destrozó el exitismo de todos tras la goleada de hace unos días.

Apenas iban once minutos cuando Martins abrió el marcador para los locales. A esa altura, aunque se había jugado poco, el resultado casi que parecía exiguo. Bolivia fue siempre más que un equipo que jamás encontró el rumbo dentro del terreno de juego. El empate de Lucho González, tras un pique en falso y un error del arquero, parecía que podía influir en algo el espíritu de los de Maradona. Sin embargo, rápidamente un penal comentido infantilmente por Zanetti hizo que Botero pusiera nuevamente en ventaja al conjunto verde. Y fue el mismo Botero quien al finalizar el primer tiempo puso un centro para la llegada solo de Da Rosa, y pusiera un 3 a 1 que tenía olor a irremontable.


En la segunda mitad, a los 10 minutos Martins se escapó a toda velocidad, envió un centro y Botero -la figura del partido, qué duda cabe- cabeceó incómodo al gol ante una floja respuesta de Carrizo. Los cantitos en las tribunas y el toqueteo boliviano no hicieron más que agrandar la desesperación argentina, que ya padecía más de la cuenta, Di María, que había ingresado hacía sólo cinco minutos, pegó un patadón terrible y vio la roja directa. Si con once estaba difícil, con diez era imposible. Y todavía faltaban dos goles más: el tercero de Botero y el que selló la cuenta, de Didí Torrico.

Del Rojo, Sergio Agüero estuvo en el banco y el Rolfi Montenegro ingresó a los 29 minutos del segundo tiempo, para la estadística.

"Entiendo cómo se deben sentir los hinchas argentinos, porque yo sufrí con éllos. Cada gol de Bolivia era un puñal que me clavaban en el corazón. Perdimos muy bien, no hay nada que decir. Nos superaron en todos los sectores. No lo esperábamos y nos llevamos una goleada que nos parecía imposible en la previa del encuentro", dijo Maradona tras el partido. Sin atenuantes.

Emiliano Penelas

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futbollium dijo... 2 de abril de 2009, 12:10 p.m.

Una primera derrota muy dolorosa para Maradona . Bolivia hizo anoche posiblemente el mejor partido de su vida y la albiceleste uno de sus peores partidos . Por cierto incomprensible la actitud de De María a pesar de su juventud y la impotencia ante la goleada boliviana .

Un saludo

La Caldera del Diablo dijo... 3 de abril de 2009, 12:56 a.m.

La Selección un espanto, la defensa fue catastrófica. La atura influye, pero no en una goleada como esta.
Bolivia hizo seguramente el mejor partido de su historia y Argentina el peor.
Lo de Di María imperdonable.
Saludos

Emiliano