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Independiente siempre se ha nutrido de futbolistas charrúas, con muy buenos resultados. Uruguay es un semillero permanente y es un mercado exportador al que se puede acudir.


Si uno viaja al Uruguay y habla de "refuerzos", probablemente obtenga un sandwich de jamón y queso, o milanesa si tiene más dinero. Más allá de la coincidencia con lo que tradicionalmente consideraríamos un "tentempié", algo que refuerce nuestro cuerpo para continuar el día, de lo que aquí hablaremos es sobre los hombres que llegarán a Independiente para darle nuevos bríos a un plantel que necesita imperiosamente revertir la pésima campaña de 2008.

Aunque se nos dice que no debemos preocuparnos porque ningún equipo del fútbol local se ha metido de lleno en el mercado de pases, lo cierto es que quizás muchos no lo necesiten, y el Rojo sí. Y para tener los jugadores a punto, tanto física como anímicamente, y en conexión con el resto de sus compañeros, todos sabemos que cuando antes mejor.

No está fácil el tema del dinero. Independiente está apurando la construcción del Estadio para comenzar a ser local nuevamente, y los billetes que entren serán para poner en cemento, como ha sucedido en los últimos dos años. Si a eso le sumamos que el mercado incrementa sus valores día a día, es lógico que para los clubes que sólo pueden vender les sea prácticamente imposible renovarse en la misma medida en que emigran sus valores.

Volviendo al caso oriental del sánguche-refuerzo, quizás no sea mala idea mirar un poco a ver qué pasa al otro lado del Río de la Plata. Independiente históricamente ha traído jugadores uruguayos y siempre le han rendido bien. Desde Tomás Rolan o el Chivo Pavoni hasta Carlos Goyén o Diego Forlán, los nombres de Celestes que se han puesto la Roja es larga y casi siempre gloriosa.

El fútbol charrúa, además, es tan o más exportador que el argentino, y fuera de sus dos grandes, los clubes más pequeños siempre tienen mejores condiciones para vender un jugador, y los protagonistas saben que el salto al fútbol vernáculo les hace dar un paso grande hacia alguna liga europea.

No estaría mal que a alguien se le ocurra mandar un emisario al "paisito" y fijarse qué nuevos valores hay para nutrir el césped de Alsina y Bochini.

Emiliano Penelas

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