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El jugador admitió que sólo se podría retirar en el Celta de Vigo o en Independiente, dos dos clubes en los que hizo gran parte de su carrera y fue conocido como ídolo. Sin embargo, no pudo negociar con los gallegos y al Rojo sería difícil que vuelva...


Sigue la hist(o/e)ria en torno a la llegada o no de Gustavo López. Póngale usted la e/o según corresponda a la clave de este conflicto sin resolver que es el regreso de un jugador mimado al club que lo vio nacer. ¿Se imagina todo este conflicto con el Kun Agüero, por ejemplo, dentro de doce años? Claro que el jugador tuvo mucho que ver en esto, ya que varias veces coqueteó con la vuelta y luego cerró las puertas.

Está difícil la cosa, tanto o más como en el invierno, aunque ahora todavía parece que el tema no es tan complicado. A mitad de año el problema era la libertad o no de acción de Gustavito con el Cádiz, equipo que había descendido a Segunda B en España, aunque en los tribunales apelaba la pérdida de categoría por cuestiones reglamentarias. Lo cierto es que si se confirmaba el descenso López quedaba en libertad de acción, y había que esperar un tiempo a que se expidiera la justicia, que finalmente no dio lugar al reclamo de los gaditanos, y el futbolista quedó desvinculado de la entidad.

Tanto tiempo había pasado, tantas idas y vueltas que en el Rojo el plantel estaba casi cerrado y fue Claudio Borghi quien le puso el cartelito negativo al volante, por lo que su vuelta no se pudo concretar.

Pasaron seis meses en los que López se entrenó por su cuenta en Galicia, donde vive actualmente, con el deseo, ahora sí, de retirarse del fútbol el próximo año, cuando cumpla 36 pirulos.


Para eso el Zurdo fue claro: o se retira en el Celta, donde se convirtió en ídolo de la afición en las ocho temporadas que jugó entre 1999 y 2007, o en Independiente, de donde debutó en Primera en 1991, y jugó hasta 1996, cuando se fue al Zaragoza. Con el Rojo obtuvo cuatro títulos: Clausura 1994, Supercopa 1994 y 1995 y Recopa Sudamericana 1995.

La cuestión es que se habría complicado la retirada en el equipo gallego (el Celtinha juega actualmene en la B), y ahora por Avellaneda no estaría todo claro para que vuelva. "Estos meses me vinieron bien para pensar y ver mi futuro con un poquito más de claridad. Estoy feliz... Un domingo sin fútbol sigue siendo raro, pero me gusta estar en familia, con amigos", dijo al diario Faro de Vigo.

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