0
No se preocupen, La Caldera no cambió sus gustos por Arjona, sólo apelamos a ese titular como la combinación de lo mejor que ha mostrado Independiente en estos dos partidos que ha disputado en el año: la experiencia de los que más saben y la juventud de los que vienen.

Patito Rodríguez, la mirada en alto, la pelota dominada


En un fútbol netamente vendedor como el argentino, donde se dan casos como el encuentro contra River, donde los más veteranos del Rojo en cancha eran Moreira y Machín, con 24 años, las divisiones inferiores son cada vez más importantes. Tanto que hasta se buscan chicos cada vez más jóvenes para debutar, un poco ante la sangría que se da en algunos planteles (por suerte este año no es el caso nuestro) y otro poco por la falta de dinero para invertir en compras, lo que está a la vista en las fallidas incorporaciones que intentó Independiente hasta hoy.

La gran diferencia económica que existió siempre entre el fútbol local y el del Viejo Continente, o incluso México y nuevos mercados, más la devaluación de la moneda, quienes tienen la plata se llevan jugadores por millones aunque más no sea para sentarlos en el banco. Veamos, sino, el caso de Ustari, por nombrar sólo un ejemplo.

Pero no sólo pasa afuera eso. A nivel nacional debemos contemplar el distanciamiento que tanto Boca como River tienen desde hace tiempo sobre lo que sería el "segundo pelotón" de grandes, aunque nos cueste decirlo así, y ni hablar de los más chicos. Gracias a la publicidad, el negocio de la televisión, los esponsores y en parte también a los grandes medios de comunicación, bosteros y gallinas incrementan aún más sus ya poderosas arcas, y pueden realizar contrataciones como las de Riquelme, Castromán o Abreu.

Independiente, justo es decirlo, no puede darse el lujo de realizar esas inversiones, y debe arreglarse con lo que tiene, o salir a buscar más barato. Ni siquiera pudo con el chileno Suazo, en lo que hubiera sido una operación para "patear el tablero", o "romper el chanchito".

De esta manera, nos ponemos contentos cuando surgen juveniles como Patricio Rodríguez, Diego Churín, Nicolás Mazzola y Roberto Vissio, o incluso saber que "la fábrica de arqueros" de Pepé Santoro sigue sacando buenas promesas como lo demostró Adrián Gabbarini.

Estos jóvenes, la llamada "generación del '90", que en un mañana no muy lejano será el equipo titular de Independiente, refrescan la vista, aportan juego, transmiten rebeldía y muestran garra y ganas de triunfar. Es por eso que el esfuerzo por cuidarlos y mantenerlos debe ser el máximo posible. No sólo se los debe rodear con los más experimentados, sino que hay que llevarlos de a poco, no marearlos y consolidarlos en Primera. Así, Rodríguez no dependerá sólo de él, y Montenegro, que será en parte su espejo, tendrá con quien jugar. Lo mismo ocurrirá con Churín y Denis, con Vissio y Herrón.

Nosotros, mientras los disfrutamos, padecemos pensando cuánto durarán en el club ¿Será tan cruel el fútbol que con un chico de 17 años que sólo jugó algo más de 40 minutos en el verano ya se piense en que no va a durar mucho más en Independiente? Ojalá no sea nuevamente así, y podamos disfrutar de estas promesas mucho más que cuando ya sean realidades, y las alegrías de sus gambetas y goles se cuenten en las vitrinas, con nuevas copas.

Emiliano Penelas

Publicar un comentario