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Satisfacción, tranquilidad, alegría, esperanza, goce, alivio, confianza, felicidad. Esas deben ser las sensaciones que estamos teniendo los hinchas de Independiente esta noche de sábado, luego de que para nosotros ha pasado una nueva fecha, la novena, y medio campeonato con ella. ¿Qué mañana se juegan otros partidos importantes? ¡Por ahora no nos molesten con eso! Llegamos a la punta en la octava, algo que no sucedía desde el 2002 con Gallego, año del último campeonato Rojo, y continuamos en la novena.
Disfrutemos porque Independiente se jugó una chance dificilísima en el "Cementerio de los elefantes", ese estadio donde Colón se hace fuerte, con tres victorias consecutivas en condición de local, la última nada menos que frente a Boca, que sobre la hora dejaba tres puntos gracias a un zapatazo de ese gran jugador que es el colombiano Freddy Grisales.
Sin embargo, el equipo de Troglio también llegaba confiado, por el categórico 3 a 0 contra Huracán, y por haber recuperado la senda del fútbol mostrado al inicio del campeonato. A partir de este encuentro podía pensarse si Independiente está para grandes cosas. Y si bien no queremos adelantarnos a nada, ¿cómo evitar pensarlo si el 3-1 traído de Santa Fe vale mucho más que las tres unidades en juego? Vale además porque se jugó un muy buen primer tiempo, y porque en el segundo predominó el oficio para definirlo y aguantarlo.
Todo Independiente festeja el gol de Matheu
(Foto: Clarín)
Las claves del equipo son simples, pero contundentes. Denis sigue imparable, está en racha y continúa rompiendo redes. Con este, su cuarto doblete en el torneo, lleva once goles en nueve juegos, sin ningún penal en su haber. Sosa se muestra cada vez más rápido y preciso, sin ponerse impaciente si no es él quien convierte, y sabiendo dar juego a sus compañeros. Montenegro maneja los hilos y aporta la pausa, la claridad, pero también el cambio de tiempo, la marcha extra cuando hace falta. El medio, consolidado en la formación que puso Troglio en los últimos encuentros, se hace notar y eso lo sintió Colón cuando a pesar de haber comenzado mejor pronto se vio cortado en su sistema de juego y rotación. La defensa también aparece más acoplada, aunque todavía sigue siendo un poco el talón de aquiles de un equipo que arriba mata y abajo a veces deja grandes espacios. De todas maneras, está claro que al arquero Assman el rodaje de partidos en primera lo asienta y le da cada vez más confianza. Hoy también fue fundamental para asegurar el juego en el complemento.
Hablábamos del buen primer tiempo, y de un Independiente que encontró el gol luego de un error de la defensa rojinegra que transformó en gol nuevamente Matheu, quien fusiló a un Tombolini que no tenía nada que hacer. Grisales era quien controlaba el juego del local, pero nuevamente de la mano se Sosa, como señalábamos, ágil, rápido y generoso, desbordó y con su centro dejó al Tanque en posición de gol, que así convertía el 2 a 0.
Todo parecía controlado, cuando nuevamente Rodríguez -como contra Boca- ponía un gol en contra de su valla al querer despejar un centro... Así, ese 1-2 injusto casi al final de la etapa podía hacernos pensar en un complicado segundo tiempo.
Por supuesto que el Sabalero salió a buscar el empate por todos los medios, pero la seguridad del arquero Rojo, más la rápida y bonita definición de contra de Denis, liquidaron por completo las esperanzas del local. Luego, el Diablo mostró practicidad para aguantar y contener las embestidas de Colón, que intentaba sin demasiadas ideas.
Destacamos que se continuó el camino del buen juego y se puso el temple necesario para obtener esta victoria importantísima para las aspiraciones de todos, que ahora miramos desde lo más alto del torneo, nos ilusionamos, estamos contentos, qué nos importa que aún no haya jugado Boca, si mañana somos todos del Taladro...



Emiliano Penelas

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